“No existe una manera unívoca de realizar una adaptación”, dice Asad Qizilbash, cabeza de PlayStation Productions y productor de la cinta. “Uncharted, la serie televisiva ‘The Last of Us’ y, ahora, Gran Turismo: De Jugador a Corredor ofrecen abordajes muy distintos, pero todas comienzan con la misma pregunta, ‘¿Por qué ama tanto la gente este juego?’ En el caso de ‘Gran Turismo’, creo que la razón estriba en que la mayoría de nosotros jamás pisará a fondo el acelerador de un auto de carreras ni realizará una ‘chicana’ en Le Mans, pero el juego contribuye a colocarte en el asiento del conductor. Esto era lo que deseábamos capturar con la película, y la película lo consigue de dos maneras- primero, contra todo pronóstico, Jann Mardenborough consiguió experimentarlo todo en la vida real y, a fin de contar la historia, Neill Blomkamp ha creado la película de carreras más emocionante y realista que quepa imaginar”.
Como muchos adultos jóvenes, Jann muestra más interés en los videojuegos que en el mejoramiento de su propia vida, esto es, hasta que se le ofrece una oportunidad para jugar verdaderamente. “Jann está jugando ‘Gran Turismo’ en la casa de sus padres cuando, repentinamente- y después de años- nota la opción para la Academia GT”, explica Blomkamp. “Sólo entonces aprende a conducir carros auténticos- por ejemplo, cómo dar la vuelta a una esquina y salir a toda velocidad- y a realizar todo aquello que intuitivamente realizaba en el juego, pero que nadie le había enseñado”.
En manos de Blomkamp, Gran Turismo: De Jugador a Corredor no es otra cosa que una cinta que coloca a espectadores y espectadoras en el asiento del conductor, permitiéndoles imaginar lo que significaría ponerse por primera vez el cinturón de seguridad a bordo de un cohete que puede alcanzar las doscientas millas por hora. “Sabía que Neill aportaría una sensación cardíaca y visceral a esta cinta”, dice David Harbor, quien se suma al elenco como Jack, un piloto hastiado de todo que se convierte en el ingeniero en jefe de Jann y le enseña los pormenores y secretos implicados en la conducción de un auténtico coche de carreras. “Pero no sabía que íbamos a trabajar muchísimo con automóviles auténticos, conductores reales y pistas verdaderas. Estamos en los carros, hacemos los cambios de llantas en los pits, les llenamos el tanque de gasolina en tiempo real, mientras otros conductores pasan volando junto a nosotros a doscientas millas por hora. Yo soy en realidad ése que sobrevuela las pistas en un helicóptero, a treinta pies de altura. Todo ello contribuye a la intensidad de la experiencia- lo que resulta crucial para la creación de una película acerca de personajes inmersos en una experiencia muy intensa, arriesgándolo todo en aras de lo que aman”.
El actor explica que, en un principio, él mismo se sentía escéptico acerca de la adaptación cinematográfica de un simulador de carreras, porque, en su opinión, una película no es un videojuego. “Quieres jugar el juego para controlar a los personajes”, dice Harbour. “Una de las cosas que más me gustaron de esta cinta es precisamente que no es una película acerca de un videojuego- es una película que incluye un videojuego en su narrativa y que gira alrededor de un joven enormemente talentoso que realiza algo increíble; es asimismo una cinta acerca de un entrenador que ha vivido mucho y ahora se muestra endurecido- pero que aprende a creer en este chico”.