Récord en bajón de exportaciones

El viernes pasado la ciudadanía se ha desayunado con una noticia muy pesada, entre otras, tanto por su cantidad como por su origen y efectos consiguientes. La información confirma que las exportaciones en el primer semestre de este año, con relación al anterior, sufrieron un derrumbe de nada menos que 24 por ciento, cifra que podría aumentar hasta fines de este año.
La mencionada noticia a simple vista revela que algo muy extraño está pasando en el país, en momentos en que desde hace años se informa que la economía nacional está sufriendo graves dolencias que podrían provocar efectos mayores. La única opinión que ha podido atenuar la preocupación pública ha sido la que dio el ministro Montenegro, en sentido de que el valor de las exportaciones será sustituido por el consumo interno, explicación poco lógica que, más bien, aumenta las dudas en la opinión pública.
El hecho de que las exportaciones hayan caído en un cuarto, es por demás angustiosa. De 7.432 millones de dólares esas exportaciones cayeron, en el primer semestre de este año, a 5.464 millones, lo cual es preocupante. Pero, ese dato se hace angustioso al saber que se debe a que las exportaciones de toda clase de productos nacionales están relacionadas con todos los sectores productivos, como gas, minerales, vegetales, manufactura, etc.
Ese dato significa que el país ya no produce (excepto coca y derivados) y se ha limitado a consumir artículos importados, desde maquinaria hasta fruta extranjera. Es más, no habiendo producción, no hay exportaciones y, por tanto, no existen dólares en el mercado. A ese panorama dantesco, se suma que en unos meses más, Argentina dejará de comprar gas y, por otro lado, las exportaciones de urea también se han derrumbado, de 140 millones de dólares a 50 millones, debido a que esa planta es ineficiente y por la caída de precios internacionales.
Pero si bien solo se conoce datos generales, en forma concreta el problema es de magnitud inmensurable. La economía del país está casi paralizada y solamente se confía en una lejana mejoría con la exportación de litio, considerada como la tabla de salvación de la economía del Estado Plurinacional, como si fuera un producto de la lámpara de Aladino del llamado “proceso de cambio”, que no marcha hacia adelante, sino hacia atrás y con pasos de siete leguas.
En esa forma, el horizonte económico, y no menos el político del país, muestra nubarrones de tempestad, a no ser que los timoneles del gobierno plurinacional den a sus planes ideológicos, económicos, políticos, un enérgico golpe de timón que determine que la nave del Estado dé un viraje de máxima urgencia, de 180 grados.
Se puede observar que la economía nacional se está desmoronando y que, frente al peligro de esa naturaleza, nunca conocido en el país y que tiene origen en los gobiernos iniciados en el año 2006, al parecer, la única tabla de salvación se encuentra en los medios de comunicación independientes que dan la voz de auxilio para evitar un colapso general, en vísperas de que Bolivia cumpla doscientos años de existencia. El caso del bajón de las exportaciones debe ser tomado en cuenta.