domingo, septiembre 1, 2024
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¡Cuando la vida nos premia!

No siempre la musa (inspiración que favorece la creación o la composición de algo) “desciende o aparece” como uno quisiera. Mencionaría como fuentes posibles, la lectura, una película, hechos cotidianos que te llaman la atención. Otras vías, la casualidad, una buena o mala noticia, diría que algo que no se programa, y que de pronto fluye o no, ya que trato de no perder “la idea central o esencial”, pero, aunque puede “desaparecer”, ahí está dando vuelta, rondando entre las neuronas, en su mayoría ubicadas en el cerebro y la médula espinal.
¿Por qué el título de hoy? Porque amo a la vida, que es corta y, por ende, a continuación, le doy algunos de mis puntos de vista, no en orden, ni cronológicos, ya que simplemente así me los envió la “musa”.
• Porque a pesar de desaciertos vocacionales, pudimos estudiar y atinar a una carrera tan bella como es ser docente.
• Por la fortuna de contar como pareja, con una persona formidable, emprendedora, que sabe comunicarse, que colabora todo el tiempo, que te cuida, que te entiende, que siempre está ahí, que nos respetamos.
• Cuando cuentas con una familia, que por distante que esté, se une para darte apoyo moral en las malas y aconsejarte en las buenas, sobre todo cuando es necesaria una decisión colegiada, aunque al final seas tú quien tome la decisión, pero que además se une en los momentos más difíciles.
• Cuando te reúnes de manera virtual o presencial con tus amigos, excompañeros de trabajo, donde tuviste la oportunidad de constituir un buen equipo, muy comprometido con el buen desempeño del centro laboral.
• Cuando recibes alguna comunicación, correo electrónico o de voz, de quien hace tiempo no te relacionabas y te alegra la vida; o cuando miras un presente hecho y lo guardas, lo conservas.
• Cuando recoges frutos de tus hijos e hijas, por haberlos educado como personas decentes, de bien, encausándolos por la experiencia acumulada en uno, para que cometan menos errores que los tuyos.
• Cuando planificas para algo y las cosas previstas o no, te van saliendo bien, aunque no tan apresurado como querías.
• Cuando te llaman para solicitarte un consejo, u orientación dada tu experiencia profesional y sentirte bien cuando son tangibles para la persona los resultados alcanzados.
• Cuando te levantas temprano y medio soñoliento aún, te das cuenta que vivirás un día más
• Cuando no siempre las noticias son buenas, pero… te quedan las remembranzas de los mejores momentos.
• Cuando te das un gusto gastronómico, siempre tratando de cumplir, un poquito, las restricciones médicas.
• Cuando celebras con tus seres más queridos un rato agradable, que puede ser una llamada, conversar, compartir una cena.
• Cuando tienes la oportunidad de que seas escuchado o leído, haciendo uso de los recursos tecnológicos hoy, a través de las redes o medios digitales.
• Cuando sabes de la tierra que te vio nacer, a través de imágenes, medios audiovisuales, que te permiten recordar, “…allí estuve, allí me hubiese gustado…”. y obviando en todo momento las discrepancias posibles en cuanto a la forma de pensar y que, por supuesto, respeto.
• Cuando te das cuenta que aún queda mucho por hacer en este mundo en beneficio de la educación, ante la insatisfacción de personas que no cuidan su salud.
Le pido un favor, si llegó hasta aquí en su lectura. Le reto a que escriba las suyas y piense al final cómo se sintió. En mi caso, me sentí muy bien.

El autor es Licenciado en Ciencias Pedagógicas.

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