miércoles, diciembre 18, 2024
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JIGUCHI, EL INOLVIDABLE ‘MATADOR’

El puesto de marcador central en un equipo es considerado “el corazón” de la alineación; reparo que además de ser una metáfora- para adornar las crónicas deportivas- es también una descripción exacta de lo que hace el jugador que tiene ese propósito en el juego.
Todos los futbolistas son importantes en la formación, mas, la posición del central es fundamental para la defensa del equipo, porque su papel es el de proteger la portería y evitar que el equipo contrario marque goles.
En Bolivia, tuvimos buenos ejemplos en este puesto: Fontana, Sandy, Raldes … entre otros, quienes ejecutaron ese rol con coraje, determinación y pasión; sin embargo, la historia apunta a un marcador central que aparte de tener todas las virtudes señaladas, también demostró gran iniciativa, velocidad y proyección; aspectos que fueron adelantados para su tiempo. No seguía el guion al pie de la letra; creaba y eso lo hizo diferente y hasta el momento, irremplazable. Ese talentoso es Eduardo “Matador” Jiguchi, nuestro entrevistado de hoy en RETRO FÚTBOL.
A sus 54 años (recién cumplidos el pasado 4 de agosto), Eduardo es un hombre muy serio, irradia respeto a sus interlocutores. De pocas palabras y escasas sonrisas; sin embargo muy amable y caballeroso; es sencillo y buen amigo; muy cuidadoso de su vida privada; no niega que después del amor intenso que siente por su Dios y su familia, está su pasión por el fútbol.
Fue marcador central desde la cuna; relata que su padre también lo fue y que él, desde niño, lo veía jugar y desempeñarse en ese puesto… lo admiraba.
“Mi niñez fue bastante dura, mis seis hermanos y yo, teníamos que ayudar en la casa; había que arrimar el hombro a papá para llevar el sustento diario a la casa. Pese a las obligaciones que tenía, siempre me escapaba para jugar fútbol. A mi padre también le gustaba mucho el fútbol; era marcador central, formó parte de varios equipos del barrio y yo lo veía; eso me llamó la
atención. De a poco le tomé cariño al deporte y descubrí la vocación que me acompañaría de por vida…”, suspira y comienza su relato.
Eduardo salió de la cantera de la Academia “Tahuichi” Aguilera y antes de cumplir los 16 años, ya fue campeón continental con este gran equipo que representó a Bolivia en el año 1986 en Lima. Estuvo en la vitrina mundial en Canadá, junto con los nombres de Erwin Aguilera, Herman Alberty, Herbert Arandia, Rafael Arrázola, Marco Belmonte, Juan Carlos Chávez, Luis Héctor Cristaldo, Julio Encinas, Marco Antonio Etcheverry, Óscar Fernández, David Hurtado, Ko Ishikawa, Manuel Lobo, José Méndez, Jorge Marañón, José Pizarro, Mario Ribera, Sócrates Suárez y Marcos Urquiza. Su primer Director técnico fue el insuperable Eduardo “Zorro” Rivero.
Jiguchi, en complicidad con su físico fornido y bien trabajado, siempre sobresalió- Fue catalogado de rudo y fuerte; él asegura que tenía como premisa “no dejar pasar a ningún delantero, pero jamás tuvo mala intención con el rival”.
Estas características llevaron a que la hinchada “celeste” le dedicara en varias oportunidades la canción “Matador”, muy de moda en los años ’90; cuyos acordes hasta ahora salen de los bombos de la barra bolivarista. Era una forma de acompañar el esmero e ímpetu con que el defensor frenaba a los contrincantes.
Pero Bolívar no fue su primer equipo; él recuerda con mucha gratitud, que después de su gran arranque con la Academia Tahuichi, el club que lo cobijó fue Oriente Petrolero, de su natal Santa Cruz.
“Venía de la Academia Tahuchi; debuté en Oriente, durante un partido contra Destroyers y por suerte, fue un inicio muy auspicioso y un punto de partida para forjar una carrera muy auspiciosa”, relata.
Ese punto de partida fue en 1988 y vistió la casaca “refinera” hasta 1992; luego pasó a Bolívar ese año hasta el 2001, 9 años y 9 títulos. En el 2002 reforzó a Wilstermann; en el 2003 y 2004 fue parte de la plantilla de The Strongest; 2005 jugó en Destroyers, el 2006 militó en Aurora y el 2007 acabó su carrera profesional en San José, a los 37 años.
“Bolívar fue el equipo que me permitió mostrarme, fui campeón vistiendo la celeste varias veces, fui convocado a selecciones nacionales. Quiero mucho a la hinchada de Bolívar. Cada que voy a La Paz, me saludan y me recuerdan como si el tiempo no hubiese pasado, por eso atesoro ese recuerdo con mucho cariño”, afirma.
Eduardo se acuerda de Mario Mercado y del DT Jorge Habergger, como las personas símbolos de su estadía en La Paz y en la “Academia”.
Fue parte de varios seleccionados bolivianos, en 1987 (con Tahuichi, Campeonato Mundial Pre-Juvenil y fue parte del equipo Juventud de América), 1991 (Copa América- Chile), 1992, 1993, 1997 y 2001, no pudo conformar el combinado histórico de 1994 debido a una lesión.
En 1999 fue contratado por el Vitoria Setúbal de Portugal, pero su estadía duró apenas un par de meses en ese país, también por una lesión.
“Mi último año en el fútbol profesional fue el 2007, en San José. Salimos campeones de la mano de mi gran amigo Marcos Ferrufino, que ahora está en el cielo”, remarca.
“Me di cuenta que estaba en una edad que ya debía dejar el fútbol y dar espacio a futbolistas que emergían, por eso me retiré”, agrega.
“El fútbol me dejó amigos, compañeros, buenos entrenadores, buenos amigos periodistas; más no excelente acomodo económico, porque en mi tiempo se jugaba más por amor a la camiseta que por la remuneración económica”, afirma.
Jiguchi es concreto y muy sincero; dice que le queda el cariño de la tribuna a la que también le dio grandes alegrías. “Sé que hice alegrar a mucha gente, como también hice renegar… (Sonríe y continúa)… Quiero que ahora me recuerden como un tipo leal, tanto afuera como adentro de la cancha. No fui rudo, siempre fui leal a mis colegas de trabajo, sé que soy una buena persona y así quiero que me recuerden”, dice.
Finalmente, expresa sus grandes deseos personales: “tener nuevamente a su familia unida y volver a ver a la Selección Boliviana en un Mundial”.
Levanta la mano izquierda en señal de despedida, esboza una leve sonrisa y vuelve a las palabras: “que la juventud no deje de superarse y si eligen el fútbol como profesión, levántese cuantas veces se caigan porque esta profesión no es fácil, pero cuando se logra la cúspide, la vida te devuelve en alegrías todo el sacrificio”, dice y da por concluida la entrevista.
Cierre amigable con exceso de esperanza y fortaleza. Caminar ligero, pero decido. Apretón de manos con quienes lo encuentran en su camino. Ese es el multicampeón, Jiguchi, nuestro “Matador”.

‘Hay que ser perseverante y humilde en vida y sobre todo, creer en Dios’

FICHA
Nombre: Eduardo Jiguchi Machicado
Lugar de nacimiento: Santa Cruz de la Sierra
Fecha de Nacimiento: 4 de agosto de 1970
Lugar de radicatoria actual: Santa Cruz de la Sierra
Ocupación actual: Particular
Familia: Josefa Zamorano (esposa); Diana Helen, Linda Andrea y Cristian Eduardo (hijos); Antonella, Alesandro, Adriana y Rafaela (nietos).

GHILKA SANABRIA

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