viernes, agosto 16, 2024
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Pensamiento y sentimiento forjan las ilusiones humanas

Con mucha frecuencia, millones de personas carecen de alimentos y agua en zonas pobres del mundo, padeciendo por la falta de hasta mínimas condiciones de vida. Muchos padres en ese caso simplemente acompañan con lágrimas el dolor por no poder dar a sus hijos la alimentación que necesitan. Si pudieran disponer de algo de lo que otros niños del mundo poseen, aliviarían su sufrimiento. Esos menores están privados de lo que debería ser parte de su diario vivir. Lo que querrían con urgencia sería raciones de comida y agua, elementos precisos para alcanzar mejor nivel de vida, como parte de la humanidad.
Por ello sería racional y útil iniciar una campaña mundial para conseguir alimentos y aliviar el hambre de millones de personas que se encuentran particularmente en países subdesarrollados. Estas recolecciones de víveres podrían ser periódicamente llevadas a cabo, y deberíamos acostumbrarnos a ser solidarios con nuestros semejantes.
Lo negativo y que coloca al ser humano en posición contraria a toda dignidad y sentido de la vida, es la falta de solidaridad para ayudar a otros individuos a sobrellevar sus carencias. Pero, en cierto modo, todo depende del espíritu y conciencia con que se valore la existencia en condiciones adecuadas. De ninguna manera es aceptable la indiferencia ante los problemas y dificultades de millones de pobres, quienes soportan privaciones materiales, alimenticias, que especialmente afectan a familias en el diario vivir.
Todo, pues, tiene sentido para la vida que compartimos en el planeta, donde se busca o anhela alejar y rechazar lo que haga daño, lastime a la familia o cause sinsabores en el diario vivir.
Para hacer grata la vida en nuestro mundo, se debería tomar en cuenta principios elementales, como caridad, comprensión y honestidad, que concilian con la humildad y la responsabilidad ante quienes necesitan elementos básicos e importantes, como agua y alimentos. En medio de todo, convendría preguntarnos: ¿Y si mañana necesitamos lo que a veces negamos al desfavorecido? Lo cierto es que, en un ambiente de urgencias y necesidades, especialmente en tiempos de sobrevivencia ante conflictos y guerras, como lo que se vive en diversos países, las diferencias habidas se amplían tanto que aumenta la cantidad de seres humanos que demandan mayor atención. Por todo ello es urgente la ayuda para niños, mujeres y adultos mayores que requieren medios para suplir lo perdido o destruido por efecto de las diferencias de toda índole que originan conflictos y convulsiones sociales.

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