El norte del país –norte de La Paz, Beni y Pando–, tiene una superficie total de algo más de 41 millones de hectáreas, de las cuales 20 millones de hectáreas tienen un gran potencial agroproductivo (el 48% del total), cinco veces más que la actual superficie utilizada en el país para la producción agropecuaria.
Para que esta región se convierta en parte activa de la producción económica nacional, el Gobierno debería elaborar un verdadero plan de desarrollo integral y sostenible para la región del norte amazónico.
Este plan de gran envergadura, entre otros indicadores, debe identificar con precisión y la claridad necesaria, temas como:
— Estimar las inversiones necesarias para llevar adelante las diferentes etapas en las que se divida el proyecto integral de desarrollo del norte amazónico, los programas a los que se destinarán estos recursos, así como las responsabilidades que deben asumir tanto el sector público como el privado.
— Prever la integración total, eficiente y oportuna de la región con proyectos de caminos, aeropuertos, vías de comunicación fluvial, la instalación/implementación de telecomunicaciones y otros servicios básicos.
— Los recursos naturales que pueden ser explotados de forma racional, sin afectar a la madre tierra.
— Identificar los productos agrícolas y pecuarios que pueden ser explotados de forma racional.
— Diseñar programas que permitan ofrecer la protección que necesiten los pueblos y comunidades originarios que habitan en la región.
— Prever el fortalecimiento de las ciudades intermedias existentes en la región o planificar la creación de otras, para que sean el soporte del desarrollo del norte amazónico.
— Estudiar y ejecutar las fuentes alternas necesarias para la generación de energía eléctrica.
— Definir de manera clara y en un marco de respeto a la inversión privada, las áreas y sectores donde ésta puede intervenir.
Recordemos que el desarrollo cruceño fue planificado por una misión presidida por Marvin Bohan –conocido luego como el Plan Bohan–, en la primera mitad el siglo pasado.
Esta misión diseñó un plan económico que fue la primera propuesta seria de diversificación económica, apoyándose en el desarrollo intensivo del agro, cuyo mérito fue haber señalado a Santa Cruz como la región con potencialidad de crecimiento económico.
El plan mencionaba áreas de producción diferentes a la minería –que en ese entonces mantenía a la economía nacional– como la agrícola de consumo básico y la necesidad de contar con una infraestructura de comunicaciones que debía comenzar por la carretera Cochabamba-Santa Cruz.
En esos años vivíamos en un país dependiente de la minería del estaño, haciendo vulnerable nuestra economía de los fluctuantes precios internacionales. Por eso la respuesta que Bohan planteaba, la diversificación de la producción.
Algunos datos solo de La Paz muestran el gran potencial del norte del departamento. Con una población de unos 3 millones de habitantes, en 2021 su PIB creció en 5,29% y su participación en el PIB nacional llegó al 25%.
El PIB per cápita del departamento de La Paz llegó, en ese mismo año, a 3.727 dólares, sus exportaciones representaron el 20% de las ventas al exterior del país, llegando ese 2022 a 2.776 millones de dólares.
Pese a que La Paz tiene la mitad de su territorio en la zona amazónica, su participación en el PIB de agricultura, silvicultura, caza y pesca es apenas del 7%.
La región del norte amazónico boliviano es extensa, con algo más de 160.000 Km2, abarcando las provincias paceñas Abel Iturralde con 42.815 Km2 y Franz Tamayo 15.900 Km2.
También comprende a las provincias Ballivián 40.444 Km2 y Vaca Diez 22.434 Km2, del departamento del Beni y a todo el departamento de Pando, que tiene 63.827 Km2.
Solo de manera enunciativa se puede decir que, entre las causas para invertir en el desarrollo del norte del país están:
— La adecuada precipitación pluvial, por encima de los 1.500 mm.
— Los terrenos planos y de gran fertilidad.
— La oportunidad de negocio en rubros como: agroindustria, ganadería, piscícola, turismo, hotelería, construcción.
— El transporte terrestre y fluvial con bajo costo, los 365 días al año.
El desarrollo del país es tarea de todos, pero es necesario un nuevo “Plan Bohan”, que nos libere de la dependencia de la exportación de pocos productos como: gas, soya, minerales y otros.
El Gobierno y la empresa privada deben ir en la misma dirección, aportando cada uno con lo necesario para hacer realidad un mayor crecimiento de la economía nacional.
El autor es Licenciado en economía de la UMSA, doctorado Ph.D. en Relaciones Internacionales de la Universidad del Salvador de Argentina, Académico de Número de la ABCE y Presidente de la Federación de Empresarios Privados de La Paz (FEPLP).