Balances necesarios sobre gestión y obras

En nuestro medio es usual que solo en fechas especiales, como los aniversarios patrios, las autoridades nacionales se refieran en sus mensajes a sus labores realizadas hasta entonces y a las obras hechas o en proyecto. Sin embargo, como esos informes son eventuales y carecen de detalles y evaluaciones previas exhaustivas, resultan insuficientes y originan cuestionamientos de parte de la ciudadanía y expertos en cada rubro abordado.
Al final no se sabe cuánto de lo prometido en campañas electorales o en el principio de cada gestión gubernamental se ha cumplido. Es decir, poco se informa sobre si las obras ofrecidas han sido realizadas, si han servido para atender urgentes necesidades de poblaciones poco atendidas en el pasado. Poco se sabe sobre si las construcciones han sido efectuadas considerando parámetros de calidad en cuanto al trabajo y los materiales. Por ello no es inusual que surjan los reclamos, tanto de la opinión pública como de los pueblos afectados, por edificaciones mal hechas o que han quedado a medias y en lugares donde no eran indispensables.
Es el caso de las obras del pasado programa “Bolivia cambia Evo cumple”, que ha sido motivo de una investigación reciente por parte de una entidad asociada con algunos medios de comunicación, que ha detectado fallas que han costado una considerable suma de dinero al Estado. Lamentablemente, sectores del partido oficialista rechazan cualquier indagación al respecto, sin tomar en cuenta que es un asunto de interés nacional. Sin embargo, en otros casos en los que resultan involucradas personas consideradas de oposición se observa el funcionamiento inmediato de organismos del Estado para detener y sancionar a los acusados.
En consecuencia, debería ser frecuente que entidades como gobernaciones, alcaldías y otras encargadas de hacer obras señalen oportunamente los programas que llevarán a cabo durante un periodo de tiempo y; transcurrido el mismo, se haga la evaluación correspondiente para determinar si se ha cumplido con lo ofrecido y si el dinero público ha sido bien invertido, para beneficio colectivo. Lo peor es que los organismos de control del Estado, en algunos casos, particularmente cuando los denunciados son del oficialismo, no hacen auditorías oportunas, al parecer esperando que pase el tiempo y todo quede en el olvido. Preguntado el gobierno de turno, la respuesta es que se espera los informes correspondientes, lo que implica demora excesiva. ¿Será posible que alguna vez las autoridades nacionales den respuestas precisas y sin discriminación?
Es tiempo para que terminen las mentiras y sofismas que nada positivo revelan. Finalmente, corresponde exigir permanentes informes a dependencias estatales en poblaciones a las que se asigna recursos económicos para la realización de obras que son prometidas generalmente en aniversarios departamentales, pero que al final no se cumplen, se las deja a medias o al poco tiempo muestran deterioro por deficientes trabajos.