Una de las razones por las cuales David Harbour se sintió atraído por el proyecto consistió en la posibilidad de notar reflejada la “historia de perdedores” de Madenborough en todos los demás personajes. “La historia de Jack es también la de un perdedor”, explica. “Ha sufrido, pero sigue amando este deporte, aunque no le sea posible participar al nivel que ha anhelado”. Y aunque en un principio despliega cierto cinismo, no tarda- según Harbour- en descubrir que la Academia GT supone una buena oportunidad. “No cree en estos chicos, no al principio, pero pronto se da cuenta de que podrá enseñarle muchísimo a Jann”.
Harbour comenta que le interesan mucho las personas que dicen una cosa pero en realidad dan a entender algo muy distinto. “Cuando la Academia GT inicia actividades, él se muestra cínico. Es muy duro con los chicos, no desea que alcancen sus metas. Pero creo que, en el fondo, desea con desesperación que Jann tenga éxito. Es su batalla contra el mundo”.
Harbour comenta que la historia de redención de Jack supuso una gran inspiración. “Jack era un jefe de ingeniería que abandonó su rango a fin de convertirse en mecánico- cierta tragedia le dejó tan maltrecho que sencillamente no tuvo el deseo de asumir su cargo nuevamente”, dice. “Pero su amor por este deporte era tan grande que, a lo largo de quince años, participó en los pits como mecánico, observándolo todo desde la banca, incapaz de implementar su verdadero talento. Estas cualidades tan suyas me parecieron realmente hermosas- me conmovieron profundamente”.
El respeto que el emocionante estilo de la cinta inspira a Harbour es un espejo de la comprensión que su personaje posee acerca del poder de los automóviles. “En la superficie, la dinámica es cargada y tirante”, dice. “Estos chicos han salido del universo de los videojuegos, y él no cree en nada de eso. Es un hombre de otros tiempos, un experto en mecánica, un conocedor de las máquinas, de cosas que funcionan de una cierta manera. Pero el mundo ha cambiado. Él desea, ante todo, que los chicos entiendan el poder de ese mundo previo- un mundo real, visceral: anhela que la posibilidad de abandonar las pantallas a fin de sumergirse en un mundo físico valga la pena”.