lunes, marzo 10, 2025
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¡Peligro!: microplásticos

El boletín “Vida y Salud”, editado en EEUU por la Dra. Aliza, publicó un artículo de Carlos Diego Ibáñez sobre los elementos causantes de graves daños a la salud. “Microplásticos en los alimentos: un peligro desconocido”, es el título y da cuenta de algo que quizás pasa desapercibido hasta para las propias autoridades sanitarias de los países. “Los microplásticos se producen, explica, tras el desgaste o rotura de objetos plásticos que nos rodean. Éstos se acumulan en el aire, las superficies y, principalmente, el agua. Se definen como tal aquellos trozos de plástico menores a 5 mm, aquellos que no se puede ver con los ojos desnudos se llaman nanoplásticos. Éstos tienen la capacidad para acumularse en los órganos del cuerpo de los seres vivos. La principal forma de ingerir microplásticos (trozos menores a 5 mm de plástico) es mediante el agua y los alimentos”. Añade, el efecto en la salud es desconocido, pero se sabe que algunos subproductos, como el BPA, tienen efectos en el sistema endócrino.
Reducir el consumo de plásticos de un solo uso, usar envases de plástico reutilizables y sin BPA, hablar de este tema con nuestro círculo y dirigentes políticos, e intentar almacenar productos en envases de vidrio, indica, puede minimizar la cantidad de microplásticos que se acumulen en nuestro cuerpo. El plástico se ha transformado en parte indispensable en nuestra vida, y está presente en prácticamente todos los lugares. Es incontestable su revolución y beneficios para la vida moderna, pero hay un costo escondido que hace poco ha comenzado a emerger y es la acumulación de microplásticos en nuestro cuerpo, puntualiza.
“Los microplásticos son creados por el desgaste y quiebre de objetos plásticos, neumáticos, ropa, pintura seca y pérdida en la preproducción de pellets (bolitas para fabricar productos) y polvos”, según el Prof. Dick Vethaak, especialista en microplásticos de la Universidad de Ultrecht, en Amsterdam, Países bajos, dice Ibañez, a tiempo de agregar “en general se definen como trozos menores a 5 mm de tamaño, complementa, aunque muchos pueden ser visibles con el ojo desnudo, otros, los nanoplásticos, no es posible verlos”. Considerando que el 75% de todos los plásticos producidos por EEUU (35 mil toneladas) terminan en el mar y vertederos, hay muchas posibilidades que se produzcan microplásticos que lleguen a nosotros.
Al mismo tiempo, al descomponerse los plásticos o producirse, generan otros productos químicos: BPA: Bisfenol A. Es liberado en la producción de plásticos de policarbonato. Es decir, en ventanas anti-rotura, lentes, botellas de agua, algunos pegamentos, en la pintura de algunas latas de alimentos líquidos y sólidos, tapas de botellas y estructuras plásticas en las tuberías de suministro de agua. Los alimentos y bebidas se contaminan con BPA al estar en contacto con estos objetos. Casi todos los estadounidense mayores a 6 años tienen BPA en la orina, o sea, en el cuerpo.
Los Plastificantes, concluye, son aditivos que permiten a un material, en este caso el mismo plástico, hacerlo más suave y flexible, manteniendo su resistencia. Se utiliza en general en productos como empaques de comida, juguetes, y otros de contacto humano. Mientras, las cantidades son alarmantes en relación con las concentraciones de microplásticos que podemos recibir desde los alimentos, afirma el Dr. Vethaak. Sostiene que en el agua de las cañerías y embotellada podemos recibir entre 0 a 10,000 microplásticos por litro; los de menor tamaño se hallan en mayor cantidad. ¡A tomar debida nota desde hoy!

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