domingo, septiembre 1, 2024
InicioSeccionesEditorialDesastres que agobian a poblaciones del país

Desastres que agobian a poblaciones del país

Los bolivianos generalmente cuando hay cambio de estación en el año pasamos por momentos de mucha preocupación por desastres naturales o provocados que se presentan en el territorio nacional y que afectan a miles de familias, generalmente de escasos recursos económicos. Nos referimos, por ejemplo, a las sequías que surgen en distintas regiones del país, por la demora en la llegada de las lluvias o porque las zonas de abundante vegetación son presa de loteadores y avasalladores inescrupulosos que las desforestan mediante incendios, sin reparar en su importancia por su contenido de valiosos recursos naturales, como el agua.
Por otra parte, en temporada de lluvias, son usuales los desbordes de los ríos, las inundaciones y los derrumbes de viviendas y pérdida de objetos de pobladores que, de un momento a otro, se han visto en la calle, viviendo de la solidaridad de personas de buena voluntad y recibiendo ayuda de autoridades, algunas de las cuales buscan protagonismo, cuando más bien deberían hacer los máximos esfuerzos y distribuir los recursos que tienen a disposición, de manera racional y equitativa.
Ante el drama de muchos compatriotas que deben enfrentar desastres naturales o provocados por gente irresponsable, tenemos que unir esfuerzos para cooperarlos con lo que podamos. Que la asistencia sea igual para todos, porque sequías, incendios o inundaciones los afectan de la misma manera, siendo los más perjudicados los más pobres, por lo tanto, las atenciones tienen que estar dirigidas a ellos con mayor disposición.
Es sabido que la falta de agua o el exceso de lluvias son fenómenos producto de la naturaleza, pero que son agravados por las acciones de seres humanos que atentan contra reservas naturales donde todavía queda riqueza vegetal, así como fauna y poblaciones nativas que viven aprovechando esos recursos.
Ante esa realidad es urgente asumir medidas de prevención para evitar desastres, por ejemplo, con la construcción de defensivos en sitios que los necesiten para evitar que las aguas desbordadas produzcan anegaciones y derrumbes de viviendas. Esos trabajos son provechosos, como en regiones del oriente, donde las precipitaciones pluviales suelen ser copiosas e intensas. Muros defensivos alrededor de poblaciones, impiden que las aguas ingresen, como sucedió en años pasados. También se puede reubicar a familias de los pueblos afectadas por intensas lluvias, en zonas más altas, a donde no lleguen las aguas. Asimismo, antes de la época de lluvias el ganado tiene que ser trasladado a sitios más seguros. Con esas acciones se podría reducir los problemas que afectan a muchas familias.
Lo que interesa ahora es atender a familias que luchan por sobrevivir ante las sequías, así como adoptar medidas para evitar chaqueos sin control, que destruyen vegetación indispensable para contar con agua y aire limpio. También es urgente coordinar acciones para enfrentar futuras desgracias, a fin de prestar ayuda oportuna a los afectados cuando se presenten y no como en casos recientes, cuando se reveló la escasez de personal y medios para sofocar incendios en zonas codiciadas por loteadores y avasalladores. Solo protegiendo las reservas naturales se podrá hablar de respeto a la madre tierra.

ARTÍCULOS RELACIONADOS
- Advertisment -

MÁS POPULARES