miércoles, noviembre 27, 2024
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Cómo sanar los traumas de la infancia

Por Andrea Brandt, psicóloga

La infancia es una etapa crucial en el desarrollo emocional, mental y social de las personas. Los eventos traumáticos que ocurren durante este periodo tienden a dejar secuelas a largo plazo, que afectan a la salud mental y el bienestar general.

La buena noticia es que no estamos obligados a llevar esa carga como una marca de fuego. La mayoría de las veces podemos mejorar la manera en la que convivimos con nuestro pasado significativamente.

Para sanar del trauma infantil, tenemos que completar el proceso que debería haber comenzado hace décadas, cuando ocurrió el incidente que nos hirió. Desarrollé este ejercicio basado en mis décadas de experiencia ayudando a los pacientes a sanar las heridas emocionales de la infancia. La primera vez que pruebes este ejercicio, sugiero comenzar con un trauma pequeño. Cuando trabajo con clientes en mi consulta privada, me gusta comenzar poco a poco y avanzar hacia traumas más grandes una vez que han dominado la técnica y se sienten cómodos con ella.

  1. Aterrízalo

Para que este proceso funcione, debes estar en tu cuerpo y en el ahora. Para empezar, encuentra un lugar tranquilo donde no te molesten. Siéntate cómodamente con los ojos cerrados y haz varias respiraciones profundas, trayendo tu conciencia a tu cuerpo. Aprieta y suelta tus músculos y siente la pesadez en tus brazos. Déjate sentir conectado al suelo debajo de ti. Imagina una corriente de energía que va desde tu cóccix hasta el centro de la tierra. Una vez que sientas que estás centrado en tu cuerpo, ve al Paso 2.

  1. Recuérdalo.

Piensa en una situación por la que has estado molesto recientemente. Encuentra algo que haya provocado una reacción emocional de leve a fuerte, o que tendrías si no te sintieras emocionalmente entumecido. Revisa lo que sucedió con el mayor detalle posible e imagínate en ese momento y lugar. Experimenta todo de nuevo con tus sentidos. Cuando las emociones comiencen a surgir, ve al Paso 3.

  1. Siéntelo.

Continúa respirando profundamente y quédate un momento en relajación tranquila. Luego, escanea mentalmente tu cuerpo para detectar cualquier sensación. Yo llamo a este proceso “percolación” debido a la forma en que tus emociones se agitarán y burbujearán dentro de ti. Observa cualquier respuesta física que experimentes: hormigueo, opresión, ardor, etc. Cada una de estas sensaciones es un fragmento de información que necesitas para comprender tu experiencia pasada. Explora estas sensaciones y descríbelas para ti silenciosamente con el mayor detalle posible. Una vez que hayas explorado y descrito todas tus reacciones físicas, puedes pasar al Paso 4.

  1. Nómbralo.

Asocia una emoción con cada una de las sensaciones que tienes. ¿Es ansiedad la tensión en tu pecho? ¿Es ira el calor que sientes viajando por tus brazos? Es importante reconocer las distinciones a menudo sutiles entre emociones que a veces son similares. Esto le dará un mayor sentido a tu experiencia y un conocimiento más rico de ti mismo. Una vez que hayas nombrado tus emociones, ve al Paso 5.

  1. Ámalo.

Como parte de un enfoque consciente para la curación del trauma, necesitamos aceptar plenamente todo lo que sentimos. Ya sea que seas fiel a tu mente consciente en este momento o no, di: «me amo por sentirme (enojado, triste, ansioso, etc.).” Haz esto con cada emoción que sientas, especialmente las más difíciles. Abraza tu humanidad y ámate a ti mismo por ello. Después de haberte aceptado y amado por cada una de tus emociones, se puede pasar al Paso 6.

  1. Siente y experimenta.

Siéntate con tus emociones y tus sensaciones, dejando que los sentimientos se filtren y fluyan. No trates de cambiarlas u ocultarlas; obsérvalas. Reconoce y da la bienvenida a cualquier molestia que sientas, sabiendo que desaparecerá pronto y te ayudará a sanar. Deja que tu cuerpo responda de la manera que quiere o necesita. Si sientes la necesidad de llorar, llora. Si sientes la necesidad de gritar algo o golpear algo, debes gritar o golpear en el aire. Expresar tus emociones de una manera productiva es clave para que se muevan dentro de ti y para procesarlas por completo. Cuando hayas sentido y experimentado completamente tus emociones, ve al Paso 7.

  1. Recibe su mensaje y sabiduría.

¿Las sensaciones o emociones que estás experimentando en este momento se conectan con una o más experiencias en tu pasado? ¿Te dan alguna idea de la raíz del trauma o una creencia negativa y limitante sobre ti? En este momento, podrías estar pensando, “no estoy entendiendo nada.” Pregúntate: “si esta sensación o emoción me dijeran algo, ¿qué sería?” Si todavía tienes problemas, haz un poco de escritura libre. Escribe sobre lo que significa la sensación, durante 10 minutos completos sin parar. Cuando creas que has escuchado todos los mensajes que tus emociones te están enviando, continúa con el Paso 8.

  1. Compártelo.

Si te sientes cómodo compartiendo tus reflexiones con otra persona, hazlo. De lo contrario, escribe sobre ellas por tu cuenta. Describe lo que sucedió cuando ocurrió el incidente que te hirió por primera vez, cómo reaccionaste en ese momento y lo que has llegado a ver al respecto ahora. Hablar o escribir sobre tus experiencias y emociones es un paso importante para la sanación. Escribir cartas (pero no enviarlas) a aquellos que te lastimaron puede ser un método muy efectivo para sacar una emoción de tu sistema. Una vez que hayas compartido tus reflexiones…

  1. Déjalo ir.

Visualiza la energía que el trauma tomó dentro de ti al dejar tu cuerpo, o realiza un ritual de liberación física, como quemar una carta (de forma segura) que le has escrito a la persona que te lastimó, o desechar el trauma en forma de un objeto al mar. Puedes pedir prestado un ritual del judaísmo llamado Tashlikh. Durante el período de arrepentimiento, muchos judíos arrojan sus pecados en un cuerpo de agua natural que fluye en forma de migajas de pan. En lugar de pecados, puedes desechar los traumas y las emociones y sensaciones que los acompañan.

El proceso de sanación de las heridas emocionales puede sentirse incómodo al principio, pero prometo que será un viaje muy gratificante. La energía que gastamos actualmente en el trauma se liberará, y el espacio que el trauma tomó dentro de nosotros mismos, puede llenarse con energía nueva y más positiva que puede ayudarnos a construir una vida que amaremos.

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