sábado, julio 6, 2024
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¡Milei a la vista! ¿Qué podríamos esperar?

En las primarias argentinas el triunfo fue del economista Javier Milei y su coalición “La Libertad Avanza”, con el 30,1% de votos. Patricia Bullrich de “Juntos por el Cambio” de centro derecha fue la segunda con 27,86% y Sergio Massa del partido Peronista alcanzó el 27%.
En la carrera por la Presidencia, día que pasa, Milei sorprende. Un estudio de la Universidad de Buenos Aires pronostica que el 98% de sus votantes ratificarán su preferencia. El 20%, de los que optaron por otros candidatos, migrarán a Milei. Es lo que los analistas llaman voto a ganador.
Los zurdos –como los llama Milei– imploran a los argentinos que encomienden su futuro al ministro de Economía, Sergio Massa, quien en el presente no da mínimas soluciones. La inflación está por las nubes, casi la mitad de la población vive en pobreza y el dólar oficial no para de devaluarse, mientras que el blue se cotiza a más del doble. ¡Es un desastre!
El FMI, siempre prudente, ya se reunió con Milei, el encuentro es sinónimo de alta probabilidad de ocurrencia y un espaldarazo a la candidatura. En síntesis ¡Milei está a la vista! y viene embalado.
En ese escenario, la pregunta es: ¿Cuál es el estado del relacionamiento bilateral y qué debiéramos esperar?
Históricamente, luego de la solución de los límites fronterizos, las relaciones entre Bolivia y Argentina fueron amistosas y los principales temas de la agenda de ese entonces, fueron resueltos como: integración física, establecimiento de pasos fronterizos y regularización de la migración boliviana.
En 2004, se suscribió un “Convenio Temporario de Venta de Gas Natural” y luego un contrato entre YPFB y ENARSA. Desde entonces, el tema fue prioritario porque representó importantes ingresos para el Tesoro boliviano, alcanzando en 2014 la cifra récord de 13.033 millones de dólares y el año pasado 1.330 millones de dólares. Una mala política de hidrocarburos y la puesta en marcha de los campos de Vaca Muerta generaron que, de golpe y porrazo, Bolivia tenga que prescindir en junio del 2024 de este beneficio y sea cual fuere el ganador la situación no cambiará.
Entre tanto, la ingenua diplomacia boliviana firmó una Declaración Presidencial que garantizaba que el contrato de gas se mantenía en las mismas condiciones, que si hay un incremento en la producción, Argentina iba a tener prioridad y que YPFB iba a realizar inversiones en Vaca Muerta.
Con excepción del gas, el resto de las exportaciones es marginal, solo representa en 2022 el 3%. La carencia de una política comercial y de promoción de exportaciones no permitió un aprovechamiento del segundo mercado suramericano, a pesar que existe una zona de libre comercio acordada en 1997.
El ingreso de Bolivia al Mercosur, duerme el sueño de los justos. Por enésima vez se anunció que la concreción será hasta fin de año. Será para asistir como doliente a las exequias fúnebres, porque Milei dijo: “hay que eliminar el Mercosur, es una unión aduanera defectuosa que perjudica a los argentinos de bien”.
En los hechos, el club de amigos ideológicos ha demostrado incapacidad en la construcción de la integración suramericana, la muestra del fracaso es Unasur y del despilfarro un Parlamento, convertido en salón de eventos.
El litio es la nueva apuesta. Bolivia –que adoptó un modelo de control estatal– ha propuesto conformar una OPEP del litio. Chile ya dijo que cooperación sí, pero carteles estatales no. En Argentina la producción del litio está en manos del sector privado que ha llegado a convenios con los gobiernos provinciales. La iniciativa boliviana está condenada a morir en el parto y un gobierno de Milei, que no cree en prácticas monopólicas, solo precipitaría el deceso.
El acceso al océano Atlántico, que tiene para Bolivia carácter estratégico, no mejora. La concesión de Argentina de la Zona Franca en Puerto Rosario, fue revertida. Qué diferente es en Paraguay, que negocia con Uruguay la construcción de un puerto, que le permita tener salida al Atlántico.
Al final, luego de casi dos décadas de gobiernos ideológicamente afines, más allá de hipérboles anuncios, Bolivia nada ha concretado, por el contrario, se ha retrocedido; y la probable llegada de Javier Milei a la Presidencia, en nada alterará el relacionamiento bilateral vigente, porque nada queda.

Windsor Hernani Limarino es especialista en Relaciones Internacionales y docente universitario.

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