Queridos lectores, amantes de los granos milenarios en la rica y diversa gastronomía de Bolivia, donde los sabores de nuestras pasadas generaciones se entrelazan con la creatividad contemporánea, la cañahua y el amaranto emergen como verdaderas joyas culinarias. Me complace llevarlos a un viaje delicioso, a través de la fusión de estos ingredientes, en un postre que deleitará tanto a su paladar como a su curiosidad.
La cañahua (Chenopodium pallicaudale), grano milenario cultivado en los Andes bolivianos desde tiempos inmemoriales, aporta una base terrosa y una textura sorprendentemente suave a nuestra receta. Su historia se entrelaza con las culturas indígenas de Bolivia, que consideraban este grano como un regalo de la Pachamama, la madre tierra. Hoy en día, la cañahua se reconoce por su impresionante contenido de proteínas y nutrientes esenciales, lo que la convierte en un aliado poderoso en la búsqueda de una alimentación equilibrada.
El amaranto (Amaranthus), otro tesoro andino, además de poseer una diversidad de colores, se suma a nuestro postre con su sabor a nuez y su notable aporte de proteínas y fibra. Este pseudocereal también tiene raíces profundas en la historia boliviana, habiendo sido cultivado por civilizaciones preincaicas como los Tiwanakotas y los Incas. Su resurgimiento en la gastronomía contemporánea se debe a su valor nutricional y su versatilidad en la cocina.
Mientras exploramos esta receta única, que combina la cañahua y el amaranto, en un postre delicioso, también exploraremos cómo estos ingredientes desempeñan un papel fundamental en la búsqueda de la soberanía alimentaria en Bolivia. La recuperación y promoción de alimentos autóctonos como la cañahua y el amaranto no solo enriquecen nuestras mesas, sino que también fortalecen la identidad cultural y el sustento de las comunidades locales, que es una parte fundamental en la que trabajamos junto a la Asociación de Chefs de Bolivia.
Espero que este viaje culinario no solo sea una experiencia gastronómica, sino también una oportunidad para apreciar la historia y la importancia de estos ingredientes en la rica tradición culinaria boliviana.
¡Queridos lectores disfruten de este postre que celebra la tierra, la historia y la innovación en cada bocado!
¡A disfrutar!
TARTA DE CAÑAHUA Y AMARANTO
Para 8 personas:
Ingredientes:
Para la base de la tarta:
1 taza de cañahua cocida y enfriada
1/2 taza de amaranto inflado (pop)
1/4 taza de almendras trituradas
2 cucharadas de cacao en polvo sin azúcar
2 cucharadas de miel
2 cucharadas de aceite de coco
Una pizca de sal
Para el relleno de chocolate:
1 taza de chocolate negro (70% de cacao o más), picado en trozos pequeños
1 taza de leche de coco
2 cucharadas de miel
1 cucharilla de extracto de vainilla
Para la crema de amaranto:
1/2 taza de amaranto cocido y enfriado
1/2 taza de leche de almendras o cualquier otra leche vegetal
2 cucharadas de miel
1/2 cucharilla de canela en polvo
Una pizca de sal
Preparación:
Para la base de la tarta:
En un procesador de alimentos, combinar la cañahua cocida, el amaranto inflado, las almendras trituradas, el cacao en polvo, la miel, el aceite de coco y una pizca de sal.
Procesar la mezcla hasta que los ingredientes estén bien combinados y obtener una masa pegajosa.
Forrar el fondo de un molde para tarta desmontable con papel pergamino y presionar la mezcla de la base en el fondo del molde. Asegurarse de que quede uniforme.
Refrigerar la base mientras se prepara el relleno de chocolate.
Para el relleno de chocolate:
En una cacerola pequeña, calentar la leche de coco hasta que comience a hervir.
Retirar la leche del fuego y agregar el chocolate picado.
Dejar reposar durante un minuto para que el chocolate se derrita y luego revolver hasta obtener una mezcla suave.
Agregar la miel y el extracto de vainilla, y mezclar bien.
Montaje de la tarta:
Verter la mezcla de relleno de chocolate sobre la base de la tarta enfriada.
Refrigerar la tarta durante al menos 2 horas o hasta que el relleno esté firme.
Para la crema de amaranto:
En un tazón, mezclar el amaranto cocido, la leche de almendras, la miel, la canela en polvo y una pizca de sal.
Emplatado:
Servir la tarta de cañahua y chocolate con una generosa porción de crema de amaranto por encima.
¡Disfruta de tu porción de nutrición e historia culinaria boliviana con todo gusto!
Queridos lectores hasta la próxima cucharada de sabiduría gastronómica y no olviden que:
“La comida hecha con amor, física, química y biológicamente sabe mejor”
Chef Franz R. Arandia Belmonte
Gastrónomo Profesional e Investigador Gastronómico
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