Robert McCall ha hecho cosas horrendas y muy malas a lo largo de su trayectoria como asalariado del gobierno, y desde que decidió abandonar ese estilo de vida, nuestro héroe no ha cesado de buscar moral. Implementando su pericia en nombre de los débiles y oprimidos, de los golpeados y explotados, se ha convertido en la más reciente- y quizás la última- esperanza de justicia para muchos de aquellos y aquellas que no pueden ayudarse a sí mismos.
En El Justiciero: Capítulo Final, la historia llega a su fin. En la tercera y última cinta de la trilogía, a todo mundo le queda claro que a pesar de que el trabajo que realiza en nombre de la gente que le requiere ha brindado una especie de paz a Robert McCall, su propia vida sigue definiéndose por la violencia- y esto no puede durar. “Está lidiando con sus demonios”, dice Denzel Washington, quien retoma aquí uno de sus papeles más emblemáticos. “La historia no se parece mucho a lo acontecido en las dos cintas previas; ésta es mucho más íntima. Esta película aborda la salvación y la necesidad de desprenderse del pasado”.
“Robert está librando una batalla interna”, dice Antoine Fuqua, quien regresa a la silla del director en esta tercera cinta de la trilogía y quinta en su relación con Washington.
Los productores Todd Black y Jason Blumenthal comentan que la razón por la cual esta franquicia ha resonado tanto con el público es que constituye un reflejo de la personalidad de Washington en la vida real- sin la violencia, claro está. “Robert McCall es capaz de cuidar a todos aquellos que no pueden cuidar de sí mismos”, comentan. “Denzel, como ser humano, cree de verdad en las misiones y en las metas; mira lo que hace con el Boys and Girls Club. Creo que aquí ocurre lo mismo con McCall- utiliza sus poderes para hacer el bien. Este hombre, como Denzel o como Robert McCall, sabrá garantizar la protección de las buenas personas. Lo divertido es buscar a los malvados- les ofrece una oportunidad para detenerse, pero si no lo hacen, él tiene que convertirse en El Justiciero”.
El problema para McCall, explica Washington, es que se ha enamorado de esta noción- a costa de su propia integridad. “Se ha vuelto adicto a la así llamada ‘justicia’ y ha cruzado la línea que lo separaba de la violencia innecesaria”, añade Washington.
El Justiciero: Capítulo Final lleva al extranjero a Robert McCall por primera vez. “Éste fue el plan desde el principio- viajar al extranjero”, dice el guionista Richard Wenk. “Nunca había pisado Italia, pero sabía que Denzel vacacionaba por ahí. Así que, durante la pandemia, me puse a investigarlo todo. Me pareció que Italia podría ser el lugar en el que McCall sería capaz de hallarse a sí mismo”.
“Él hace su arribo en una aldea italiana, en Amalfi, con la esperanza de hallar paz, y lo consigue”, explican los productores Todd Black y Jason Blumenthal. “Adora a la gente, adora la tranquilidad, pero comienza a notar que las cosas se descomponen por la presencia de la mafia”.
Esta idea de un McCall que se enfrenta a la mafia comenzó con Wenk. Tal y como Black y Blumenthal señalan, la manera como la mafia opera en los pequeños poblados del sur de Italia encajaba perfectamente con un héroe reluctante que debe sacrificar su propia paz en aras de la gente que estima. “Los estadunidenses lo saben todo acerca de la mafia gracias al cine. Pero la mafia en Italia no se parece a las familias criminales que podemos ver en las películas. Son grupos pequeños, que se apoderan de los poblados más aislados”, comentan los productores.