La oficina de la ONU para los Derechos Humanos sigue con profundo horror la escalada de tensiones en Oriente Próximo y la situación desesperada de los civiles, convertidos en «monedas de cambio» entre Israel y Hamás, y que la violencia pueda incrementarse.
Recordaron a las autoridades israelíes que cualquier medida de represalia debe respetar el Derecho Internacional, lo que implica no imponer un castigo colectivo sobre la población gazací.
«Los civiles no pueden usarse nunca como monedas de cambio», subrayó ayer la portavoz del Alto Comisionado, Ravina Shamdasani, que recordó que más de 2.700 personas, en su mayoría civiles, murieron desde el inicio de la ofensiva de Hamás sobre Israel, tanto en territorio israelí como en la Franja de Gaza.
Shamdasani, denunció los ataques indiscriminados lanzados por los milicianos palestinos y la toma de días de un centenar de rehenes, así como la catástrofe humanitaria que sufre Gaza, donde la población está aterrada. Más de 400.000 palestinos se vieron obligados a abandonar sus hogares y la cifra, previsiblemente, irá a más.
La portavoz aludió a la reciente orden de evacuación dada por Israel sobre la parte norte del territorio costero, que afecta a más de un millón de personas. En este sentido, señaló que las fuerzas israelíes obligan a la población a trasladarse sin apenas opciones de transporte ni garantías de llegar a un sitio mínimamente seguro, lo que da pie a una situación calamitosa.
La preocupación de la ONU se extiende también a los mensajes vertidos en estos últimos días por los principales dirigentes políticos y militares de Israel, ya que implicaría trasladar a los miembros del Ejército el mensaje de que «el Derecho Internacional Humanitario es opcional y no obligatorio».
«Es completamente crucial que los líderes israelíes dejen claro, sin ambigüedades, que las operaciones militares deben realizarse con pleno respeto del Derecho Internacional», lo que pasa según Shamdasani por evitar los bombardeos sobre zonas pobladas o instalaciones protegidas como escuelas o centros médicos.
Naciones Unidas llamó a todas las partes a trabajar para implantar de forma inmediata un corredor humanitario, teniendo en cuenta además que toda la población de Gaza está en peligro por el recrudecimiento del bloqueo israelí, que amenaza el suministro de agua, alimentos o electricidad en la Franja.
Desde la ONU también se condenó el aumento de los discursos contra judíos o musulmanes en todo el mundo. «Es momento de que la comunidad internacional se una de manera solidaria, que pida protección de todos los civiles, sin importar dónde estén o quiénes sean», reclamó la oficina que dirige Voljer Turk. (Europa Press)