lunes, septiembre 30, 2024
InicioSeccionesOpiniónLas cárceles son la trinchera para recuperar el Estado de Derecho

Las cárceles son la trinchera para recuperar el Estado de Derecho

Cada 10 de octubre desde hace 41 años, cuando Unidad Democrática y Popular (UDP) en 1982 abrió el sendero para el retorno a un Estado democrático, vemos que este proceso para la consolidación de la democracia en Bolivia continúa en construcción, con penosos retrocesos que no deben quebrantar la determinación para defender lo avanzado.
A los 24 años de haber labrado una democracia que nos permitió avanzar en importantes reformas estructurales hacia la modernización del Estado, le siguen 17 de años de gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS), con el sello de abuso del poder político que hizo de la persecución política y las cárceles sus instrumentos de ejecución del terrorismo de Estado, de manera infame en nombre de la democracia.
Desde 2006, el MAS puso en marcha su plan de cacería de opositores, con la aprehensión de Leopoldo Fernández en 2008, caso El Porvenir, que es parte del inicio de este plan contra las libertades en Bolivia, contra la democracia y la vida de quienes no comulgan con su populismo plurinacional.
A Leopoldo Fernández, a grandes zancadas en esta historia negra, le siguen el encarcelamiento de otros más de 200 defensores de la democracia, entre ellos el gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, aún preso en la cárcel de alta seguridad en Chonchocoro, desde el 30 de diciembre de 2022; la expresidenta constitucional transitoria Jenaine Añez Chávez: Marco Antonio Pumari, Juan Carlos Manuel, Ramiro Subia, exgenerales de las Fuerzas Armadas y altos mandos policiales, activistas y dirigentes cívicos como Rómulo Calvo, expresidente del Comité Cívico cruceño, que enfrenta decenas de denuncias judiciales. Fabio y Mario Bascopé, junto a Milena Soto también son parte de la persecución política, en el drama que enfrenta la democracia boliviana.
Queda evidente que a 17 años del pernicioso cálculo político del MAS, bajo la máscara de una supuesta “democracia intercultural”. no les ha dado los réditos esperados.
Muy por encima del infecto cálculo político “masista”, con el liderazgo del gobernador Luis Fernando Camacho, desde la cárcel de Chonchocoro, la lucha por la vida, la libertad, la dignidad humana y justicia no tiene muros. No existen barrotes que frenen la defensa de la de democracia y el nuevo rumbo que ha emprendido Bolivia.
El MAS ha hecho de las cárceles el nuevo fortín desde donde la defensa de la vida echa raíces en las nuevas generaciones que se suman a la defensa de su futuro.
El MAS, con todos sus impostados rostros de pueblo, no alcanza a comprender que las cárceles no son respuesta en un Estado democrático, salvo justicia imparcial e independiente, asunto que por su obsesión con el poder es inexistente, prueba de ello es que los principios, la libertad del pensamiento no se tranzan.
Con el encierro de presos políticos, el MAS, Luis Arce Catacora y Evo Morales pierden terreno cada día, cada minuto. Las cárceles del país se han convertido en el mayor delator de sus propias debilidades, su miedo al pueblo vilipendiado con el incesante abuso de todos los días.
Desde las cárceles de Bolivia, especialmente en Santa Cruz, se marca un nuevo hito en la defensa de la democracia. La cooptación de los poderes del Estado es otra forma de encarcelamiento de la libertad, pero con fecha de vencimiento.

El autor es Diputado Nacional.

ARTÍCULOS RELACIONADOS
- Advertisment -

MÁS POPULARES