lunes, septiembre 30, 2024
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Vivir en democracia

Vivir en una democracia es una experiencia que va más allá de la mera forma de gobierno; es un testimonio de los valores fundamentales que moldean la convivencia humana.
Uno de los pilares de una democracia genuina es la participación ciudadana. Como destaca el politólogo Robert Dahl, en una democracia, el pueblo no solo tiene el derecho, sino la capacidad de participar activamente en la toma de decisiones. Esta participación va más allá de las elecciones; se refleja en el activismo cívico, las protestas pacíficas y la contribución de todos a la construcción de una sociedad mejor.
En contraste, en una dictadura, la participación ciudadana es con frecuencia restringida o prohibida. La voz del pueblo es silenciada, y las decisiones son impuestas desde arriba sin consulta ni consentimiento. Vivir en una democracia significa ser parte de un proceso colectivo donde la diversidad de opiniones y la libertad de expresión son respetadas y alentadas.
La democracia y los derechos humanos están intrínsecamente ligados. En una democracia, se reconoce la dignidad y los derechos de todos los individuos, como lo plantea Amartya Sen en su obra. Los ciudadanos pueden expresar sus opiniones sin temor a represalias, disfrutan de la igualdad ante la ley y tienen acceso a un sistema judicial independiente para defender sus derechos.
En una dictadura, los derechos humanos suelen ser violados sistemáticamente. La represión, la censura y la persecución son comunes. La vida en una democracia implica vivir con la seguridad de que el sistema está diseñado para proteger tus derechos y libertades fundamentales.
Uno de los aspectos más valiosos de vivir en una democracia es la búsqueda constante de la justicia y la rendición de cuentas. Como afirma el filósofo John Rawls, en una democracia, la justicia es un ideal que guía la toma de decisiones políticas. Los líderes son responsables ante la ley y ante el pueblo, lo que garantiza que sus acciones sean transparentes y éticas.
En contraste, en una dictadura, la justicia es a menudo subvertida en nombre del poder y la autoridad. Vivir en una democracia significa vivir en un sistema donde la justicia y la rendición de cuentas son valores esenciales, y donde aquellos que abusan de su poder enfrentan las consecuencias legales y políticas.
En ese sentido, el valor de la democracia en Bolivia es de gran importancia y ha sido un elemento central en la vida política y social en las últimas décadas. Se ha experimentado una serie de transformaciones políticas y sociales en su búsqueda por consolidar un sistema democrático sólido, siendo entre otras, las siguientes:
La democracia admite la participación activa de la ciudadanía en la toma de decisiones políticas. A través de elecciones regulares, se tiene la oportunidad de elegir a nuestros representantes y expresar las preferencias políticas.
La democracia ha permitido un mayor reconocimiento y representación de las comunidades, promoviendo la inclusión y la igualdad de derechos.
La democracia ha contribuido a la consolidación del Estado de derecho. Se han establecido instituciones y un marco legal que garantiza la igualdad ante la ley y protege los derechos fundamentales.
La democracia también ha facilitado el diálogo y la negociación como medios para resolver conflictos políticos y sociales. Esto ha contribuido a la estabilidad y al mantenimiento de la paz en el país.
Sin embargo, todavía hay mucho por hacer, falta lograr una mayor inclusión, combatir la corrupción de manera más efectiva, consolidar la independencia del órgano judicial, reducir la polarización política, fortalecer la educación cívica, proteger la libertad de prensa, promover la participación de la sociedad civil, garantizar la imparcialidad electoral y abordar desafíos en derechos humanos.
Bolivia ha atravesado desafíos y tensiones políticas en su camino hacia la consolidación de la democracia, y como cualquier país democrático, enfrenta la necesidad constante de mantener y mejorar su sistema democrático. La democracia continúa siendo un objetivo importante para la construcción de un país más justo y equitativo.

El autor es politólogo – abogado y docente universitario.
rcoteja100@gmail.com

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