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Democracia secuestrada, camino a la destrucción de Bolivia

A finales de 1977, la huelga de hambre iniciada por cuatro mujeres mineras, arrancó al régimen de gobierno la amnistía general e irrestricta y se logró la convocatoria a las elecciones generales de 1978- Se comienza a recuperar la democracia. Después de 18 años de dictadura, el 10 de octubre de 1982 en Bolivia se inició el ciclo democrático, “el primero genuinamente democrático” de su historia, cuando el general Guido Vildoso entregó el poder a Hernán Siles Zuazo, ganador de las elecciones de 1980, cuando tuvo lugar la primera elección democrática, en la que ganó Unidad Democrática Popular (UDP). Pero hubo una conflictiva transición a la democracia. En 1982 recién se instaló el primer Gobierno civil, debido a un nuevo golpe militar fallido.

En 1994 la reforma parcial de la Constitución incluyó la representación territorial en el Legislativo. Otra reforma parcial de la Constitución en 2004 reconoce la iniciativa legislativa ciudadana, el referendo y el “desmonopolio” de la representación política, la creación del Tribunal Constitucional, como guardián de la Constitución, y el Consejo de la Judicatura.

Los pueblos indígenas marcharon exigiendo Asamblea Constituyente y en el gobierno de Evo Morales se realizó la Asamblea Constituyente, de agosto 2006 a diciembre de 2007. Lamentablemente, el poder constituido, sin facultad ni competencia modificó más de 150 artículos del texto original y Morales promulgó el texto fraudulento de la nueva Constitución Política del Estado. Y el 7 de febrero de 2009 en un referendo constitucional fue aprobado por el 61.4% un texto ILEGÍTIMO.

El 20 de octubre de 2019, después de las elecciones el TSE instaló las sesiones de sala plena, inició el conteo y puso en marcha el sistema de Transmisión de Resultados Preliminares (TREP), equivalente al conteo rápido de los datos. Morales no alcanzaba la diferencia del 10% para ser declarado ganador, misteriosamente el TSE paralizó el TREP, la desconfianza en el recuento de votos fue el detonante para el malestar social y, a partir del día siguiente, las plataformas ciudadanas, cívicos y organizaciones convocaron a movilizaciones, cabildos y un paro cívico nacional indefinido, el 22 de octubre, que duró 21 días. Y el 31 de octubre, en un cabildo nacional convocado por movimientos sociales en La Paz, exigieron la renuncia de Morales, que dimitió al cargo desde el trópico cochabambino, a las 16:50 del 10 de noviembre de 2019.

Después se produjo la escapatoria de Evo Morales, por el fraude electoral, ya que los veedores de la OEA, mediante un comunicado desde EEUU, manifestaron que la primera ronda de las elecciones presidenciales de ese año “debía ser anulada y el proceso electoral debía comenzar nuevamente”.

El 12 de noviembre, Morales aceptó la oferta de asilo del Gobierno mexicano de Andrés Manuel López Obrador, que le envió un avión de la Fuerza Aérea mexicana. Pese a la negativa de Argentina, Perú y Ecuador a que la nave sobrevuele su espacio aéreo, todo el operativo mexicano se consolidó con éxito con respaldo de Paraguay. En esa jornada, la FAB estaba a cargo del comandante Gonzalo Terceros.

En ese mismo día la jerarquía católica convocó a una reunión secreta en la Universidad Católica Boliviana (UCB), con la presencia del MAS, en la que definieron que sea Jeanine Añez presidenta del país y la llamaron para posesionarla en el cargo. El 12 de noviembre Añez asumió como presidenta del Senado y de Bolivia. Posteriormente la presidenta del Senado, Eva Copa, el presidente de Diputados y Jeanine Añez, firmaron la Ley de Convocatoria a elecciones nacionales para 2020.

Hoy, a 41 años, la democracia boliviana vive hoy un momento crucial y decisivo en el que dos de sus pilares: el valor del voto soberano y la alternabilidad gubernamental están en riesgo de ser vulnerados. Es importante recordar que el Art.168 de la CPE manda que el presidente solo puede ser reelegido una vez.

La democracia hoy está secuestrada, según denuncias sobre la existencia de más de un millón de electores fantasmas, de narcotraficantes que tienen cédulas con nacionalidad boliviana. Además, el CERECI emite certificados de nacimiento por doquier. Y un voto urbano vale menos que uno de área rural.

Exigimos un Padrón nuevo para recuperar la democracia y devolver al soberano su derecho a elegir.

 

La autora es Abogada, Economista, ex Asambleísta Constituyente.

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