sábado, julio 27, 2024
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Lo que ocultan los logros aparentes

Javier López S.

Un desafío central es volver más eficiente y transparente la política de la coca y lucha contra el narcotráfico. Los datos oficiales no visibilizan lo que está debajo de los logros aparentes. Si la producción total de coca en el país asciende a 52.000 toneladas al año y la venta de coca en los mercados primarios asciende a 19.000 toneladas, la regulación es deficiente en cuanto a los controles que se ejercen, sobre todo en la región del Chapare, donde solo 10 por ciento de la hoja de coca cosechada pasa por el mercado legal.
Esto ha posibilitado la diversificación de las rutas, más allá de las tradicionales hacia Chile y Argentina, como hacia Brasil y Paraguay, donde se han incrementado las incautaciones de cocaína boliviana. Esta última es una ruta que se ha consolidado en años recientes, ya que provee mayores oportunidades por la diversidad de sus vías, tanto terrestres, aéreas y fluviales, como la Hidrovía Paraná-Paraguay.
Además, en 2021 se confiscaron en Bolivia alrededor de 18 toneladas métricas de cocaína, lo que lleva a pensar que el procesamiento íntegro de la coca a la cocaína se ha incrementado en suelo boliviano.
Como consecuencia de ello, hay la tendencia hacia la sobreproducción de coca, más allá de los límites fijados por la ley. Es un incentivo para el narcotráfico, lo que, junto a otros factores, ha incidido para que el país se convierta en un laboratorio de fabricación de cocaína y en el principal proveedor de esta droga en el cono sur de América Latina.
En tanto, Manuel Morales, en diversas oportunidades, ha denunciado la penetración del narcotráfico en el Estado, tal como sostiene el abogado Goitia Caballero, al hacer referencia a la detención del general antidroga René Sanabria en febrero de 2011. “En el gobierno de Morales, cuatro exjefes antidroga, directores nacionales de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn) terminaron convertidos en capos del narco”.
Hay cierta evidencia para considerar que el incremento de asesinatos llevados a cabo por sicarios en el oriente boliviano es consecuencia de la violenta competencia entre las organizaciones criminales brasileñas. Esto es para asegurar mayores suministros, mejores rutas comerciales, protección política, y control territorial.
Se ha reportado la presencia de grupos como el Primer Comando de la Capital (PCC) o el Comando Vermelho (CV) desde 2010, que son los que llevan al Brasil gran parte de la cocaína que produce Bolivia. Estos grupos han logrado el control de ciudades fronterizas como Cobija, Puerto Suárez, San Matías, Guayaramerín, y otras.
Desde enero de 2022 hasta junio de 2023 hubo al menos 19 ejecuciones relacionadas al narcotráfico en localidades fronterizas con Brasil, como Cobija, Puerto Suárez y Puerto Quijarro.
En 2019, fueron secuestradas aproximadamente 9,1 toneladas de pasta base y 6,4 toneladas de clorhidrato de cocaína, lo que representa menos del 10 por ciento del total del potencial de producción de Bolivia. Además, en 2021 se confiscaron en Bolivia alrededor de 18 toneladas métricas de cocaína, lo que lleva a pensar que el procesamiento íntegro de coca a cocaína se ha incrementado en suelo boliviano.
Las posibilidades indican que hay también indicios en la otra dirección. Por ejemplo, según el análisis químico de drogas incautadas en Europa entre 2019 y 2020 (tanto para consumo como en tránsito), la cocaína de Bolivia y Perú fue 25 por ciento del total.
La información disponible sobre el número de fábricas de elaboración de pasta base de cocaína destruidas, abarca el periodo de 2004 a 2016. Vemos que en 2004 fueron destruidas 2.254 fábricas y el año siguiente, justo antes de que asumiera Evo Morales como presidente, 1.006. Desde entonces la cifra se ha multiplicado, variando entre 4.000 y 5.000 fábricas destruidas, alcanzando un máximo de 5.922 en el año 2010.
El periodista Carlos Valverde afirma que el Chapare se ha convertido en el abastecedor principal del narcotráfico en Bolivia. No obstante, vemos que ya en 2004 el 96% de las fábricas destruidas se encontraban en los departamentos de Cochabamba y Santa Cruz. El porcentaje de fábricas destruidas en el departamento de Cochabamba sobre el total de fábricas destruidas, ha disminuido en los últimos años. El incremento constante de fábricas destruidas en el departamento de Santa Cruz hasta el año 2014, muestra que está región está ganando importancia. Así que no es un desarrollo reciente que el Chapare sea el abastecedor principal del narcotráfico. Por lo menos desde el 2004 la situación no ha cambiado. Igualmente, estas cifras aún no permiten explicar la variación en las cantidades de pasta base y clorhidrato de cocaína incautadas. Para ello podemos analizar la cantidad de laboratorios destruidos.

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