viernes, julio 26, 2024
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Solo iluminados por Dios

Solo iluminados por Dios, resolveremos los problemas más apremiantes, propios de nuestra frágil economía y de la sequía, resultado del cambio climático. Esos dos temas pueden agudizarse, con el correr de los meses, en desmedro de la población y, en particular, de las personas necesitadas. Pero la fortaleza del pueblo boliviano no lo permitirá. Hecho que fue comprobado, en circunstancias más difíciles. Y es que siempre supo anteponerse a la adversidad, sea quien fuere el gobierno de turno.
En este contexto adverso, se debería posponer los apetitos personales, y la iniciativa debería partir de aquellas personas que practican política a tiempo completo. Es decir, por quienes están en la oposición y por quienes usufructúan del Poder desde hace rato. Lo primero, sobre todas las diferencias político ideológicas, debería ser la búsqueda de un futuro mejor, por el bien común. Y no tratar de mentir, engañar, ni despertar falsas expectativas, con miras electorales, en momentos tan cruciales y angustiosos que golpean al país.
A los políticos, y a quienes se consideran “salvadores”, les falta despojarse de sus intereses mezquinos, que tanto daño nos hicieron, posiblemente desde la fundación de la República. Aquellos nos indujeron, en el pasado mediato e inmediato, a la confrontación fratricida, con derramamiento de sangre. Al “enguerrillamiento”, que ha desmoronado toda inquietud de entendimiento y pacificación. A las actitudes radicales, asimismo, con bloqueo de carreteras, en el oriente y occidente, que atentaron contra la vida, la salud y el bienestar, durante la funesta pandemia en 2020.
Aquellos deberían recuperar la humildad, para aceptar y reconocer las barrabasadas que cometieron en el transcurso de la historia, en los últimos tiempos. Para rectificar, prioritariamente, la vocación de servicio a la Patria y, por ende, al pueblo boliviano, que vive pendiente del costo de la canasta familiar, que se torna inalcanzable, ahora más que nunca. Deberían trabajar, en consecuencia, acorde con la realidad socio-económica imperante, a fin de satisfacer las exigencias de quienes tienen escasos recursos económicos. Y recuperar, en esa perspectiva, la unidad nacional, que involucre a todos los estantes y habitantes del territorio patrio, que, por motivos sectarios, enarbolan diferentes banderas, pero “cuya base social mejor organizada está en el occidente del país” (*). Siempre ha existido, a propósito de esta cita, el interés de políticos y conocidos estudiosos, no solo nacionales sino extranjeros, de enfocar, medir fuerzas y el nivel de organización, de las agrupaciones sociales.
En suma: con humildad, desprendimiento y sin mezquindad, pero con unidad nacional, los políticos lograrían construir la Nueva Bolivia, con miras al futuro.

(*) “Nueva sociedad” – 237. Enero – febrero 2012. Talleres Gráficos Nuevo Offset, Buenos Aires – Argentina, página 7.

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