El lago Poopó de Bolivia, el segundo más grande del país, fue una vez una fuente de vida para los habitantes que pescaban en sus abundantes aguas y cultivaban a lo largo de sus orillas; sin embargo, ahora es un desierto.
La sequía afecta a la mayoría de los departamentos en el país, lo que ha provocado que sus habitantes se declaren en estado de emergencia por la muerte de animales a falta de alimentos. Los efectos también se reflejan en lagos, lagunas y ríos de diferentes regiones.
Es el caso del lago Poopó que en los últimos meses se ha observado el bajo nivel de agua debido a la falta de lluvias en toda la región.
Según reporte de Red Uno, en la región del lago Poopó, ubicado en el departamento de Oruro, actualmente es habitado por quechuas, aymaras y urus, dedicados al pastoreo de ganado, agricultura, pesca y caza en la cuenca del lago y a la minería en los centros mineros cercanos.