Francisco Condori Mamani
Son importantes la formación y la participación de gobiernos estudiantiles en las instituciones educativas, para que los educandos sean vistos como sujetos de derecho, de acuerdo con su edad y sus capacidades. Es decir, ejercer el derecho a la participación, a la formación de valores como solidaridad, respeto a las diferencias y responsabilidad. Porque favorece la construcción de la escuela como espacio de respeto, ejercicio y garantía de los derechos de los estudiantes, aprendiendo a ser ciudadanos plenos.
La concepción de una democracia en la escuela y sus organismos, como el gobierno estudiantil, son la oportunidad para profundizar el currículo educativo desde su carácter transversal. No hay derechos de estudiantes sin participación. Participar en la vida escolar o colegial es ejercer el derecho como estudiantes actores. Si bien todos somos ciudadanos, este es un aprendizaje paulatino y gradual que debe ser acompañado con especial cuidado, para aportar a la sociedad con nuevos ciudadanos, libres de la sombra de la corrupción.
Las instituciones educativas son, sin duda, espacios de ejercicio de la democracia y que mayor huella dejan en sus actores. Aunque estas experiencias no siempre son positivas, debido a que la escuela, por ser parte de la sociedad, tiende a repetir y reflejar prácticas comunes en toda la sociedad, como acciones autoritarias, estrecha participación, diálogo escaso o unilateral, con decisiones incluyentes.
Por ello necesitamos que los docentes estén capacitados, con bases teóricas sobre liderazgo, participación ciudadana, para ayudar a promover el surgimiento de líderes desde las aulas de clase, que participen libremente en las actividades democráticas de la institución, Es necesario desarrollar cursos de motivación con los estudiantes, sobre las atribuciones que tienen los gobiernos estudiantiles en las organizaciones escolares, para crear una conciencia de verdadera democracia, con un ambiente de participación masiva.
No obstante, los gobiernos estudiantiles pueden seguir siendo relegados a un escenario ocasional y subalterno, y no como actores indispensables de un proceso educativo que busca impulsar la formación de la ciudadanía y la construcción de la democracia mediante verdaderos procesos de comunicación, participación y liderazgo.
En conclusión, desarrollemos en los estudiantes la participación, como una forma de estimular los aprendizajes y ejercitar la democracia, fortaleciendo sus capacidades personales y sus habilidades sociales necesarias para la interacción con los otros. Además, serán fortalecidos los aspectos de participación y liderazgo de los estudiantes, a través del ejercicio responsable y cotidiano de sus derechos.