sábado, julio 27, 2024
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Evo y su obsesión con el poder

El poder es un elemento seductor y adictivo que ha llevado a muchos líderes populistas latinoamericanos a caer en una peligrosa obsesión. Estos líderes en lugar de buscar el bienestar y la prosperidad de sus ciudadanos priorizan su propia permanencia en el poder, sin importar los costos que esto conlleve para la democracia y el desarrollo de la región. Es necesario analizar y reflexionar sobre esta problemática, pues nos afecta directamente como ciudadanos.
Los líderes populistas, a menudo, utilizan tácticas manipuladoras y discursos demagógicos para ganar el apoyo del pueblo. Se presentan como los únicos capaces de resolver todos los problemas del país, luchando supuestamente contra las élites. Estos líderes despiertan la esperanza y la fe en sus incautos seguidores, alimentando así su obsesión con el poder.
Esta obsesión se evidencia en acciones como el debilitamiento de las instituciones democráticas y la concentración de poder en manos del líder populista. A través de la manipulación del sistema judicial, el control de los medios de comunicación y la persecución de la oposición, buscan garantizar su permanencia en el poder, ignorando el principio fundamental de la separación de poderes y socavando la democracia.
El expresidente Evo Morales es claro ejemplo de lo anteriormente descrito, su obsesión patológica con el poder lo ha llevado a utilizar cualquier medio para mantenerse en el mismo, sin importar el costo. No duda en utilizar estrategias autoritarias, como el llamado a la protesta en tono de amenaza si su candidatura es puesta en tela de juicio, provocando con ello una posible violación a los derechos humanos fundamentales. Sus seguidores, como si se tratase de una secta religiosa, tratan de silenciar o menospreciar a todos aquellos que se atrevan a cuestionar la autoridad y el liderazgo de Morales. La obsesión con el poder se convierte así en una obcecación psicópata disfrazada de liderazgo popular.
Otro aspecto preocupante de esta obsesión es el desprecio por la diversidad de opiniones y el culto a la personalidad que se genera en torno a Morales. Cualquier crítica o disidencia es considerada como una traición, lo cual genera un ambiente de polarización y división en la sociedad donde se privilegia el pensamiento único y son silenciadas las voces disidentes.
La obsesión con el poder también tiene consecuencias económicas negativas para el país, pues con el fin de ganar el beneplácito popular se promete políticas económicas populistas y cortoplacistas que muchas veces resultan insostenibles y perjudiciales para la estabilidad y el crecimiento económico. La falta de inversión en sectores clave, la expropiación de empresas privadas y el aumento del gasto público sin un sustento sólido son solo algunos ejemplos de estas políticas irresponsables.
Asimismo, la obsesión con el poder dificulta la construcción de consensos y la búsqueda de soluciones a largo plazo. Toda la coyuntura en el país se centra en promesas sin fundamentos, que garantizan el apoyo del electorado a corto plazo. Esto genera un ciclo vicioso de medidas superficiales y falta de planificación que perpetúa la dependencia del líder populista y debilita la capacidad del país de avanzar.
Es fundamental que como ciudadanos seamos conscientes de esta obsesión y nos mantengamos vigilantes ante las posibles acciones de Morales. Es responsabilidad de todos como ciudadanos estar alertas y actuar para evitar que esta obsesión se convierta en una posible dictadura disfrazada. Solo a través de la participación activa y el respeto a los principios democráticos podremos lograr una sociedad justa, libre y próspera.

El autor es teólogo, educador y escritor.

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