Hace un par de semanas, la Real Academia Sueca de Ciencias entregó el Premio Nobel de Economía a la historiadora y economista estadounidense Claudia Goldin, “por haber mejorado nuestra comprensión en los resultados del mercado laboral femenino”.
Claudia Goldin nació en Nueva York en 1946. Obtuvo un doctorado en Economía en la Universidad de Chicago en 1972. Fue directora del programa de Desarrollo de la Economía de la Oficina Nacional de Investigación Económica (NBER) desde 1989 a 2017.
En 1990, fue la primera mujer a la que se le ofreció un puesto titular en el Departamento de Economía de la Universidad de Harvard, donde sigue ejerciendo hasta hoy. Su investigación la hace pionera en los estudios económicos con enfoque de género.
Goldin obtuvo el Nobel de Economía por sus estudios sobre el mercado laboral enfocado en diferencias de género.
Jakob Svensson, presidente del comité del Premio Nobel de Ciencias Económicas, señaló que “comprender el papel de la mujer en el trabajo es importante para la sociedad. Gracias a la innovadora investigación de Claudia Goldin, ahora sabemos mucho más sobre los factores subyacentes y qué barreras habrá que superar en el futuro”.
Por muchos años, Goldin se ha dedicado a estudiar una amplia gama de temas, desde la brecha salarial entre hombres y mujeres hasta los cambios tecnológicos y la importancia de la fuerza laboral femenina. Ha rastreado archivos y ha recopilado datos de más de 200 años en Estados Unidos, lo que le ha permitido explicar cómo han cambiado con el tiempo las tasas de empleo entre hombres y mujeres. Sus estudios muestran la infrarrepresentación femenina y los menores salarios de las trabajadoras en el mercado laboral.
La investigación logró repercusión en el mundo, considerando que las estadísticas expresan que sólo una de cada dos mujeres en todo el mundo está integrada en el mercado laboral, frente a nueve de cada diez hombres. Según la Organización Internacional del Trabajo, las mujeres cobran un 20 por ciento menos que los hombres en todo el mundo, principalmente por la discriminación por razones de género.
En marzo de este año, Carolina González-Velosa, especialista sénior de la División de Mercados Laborales y Seguridad Social del Banco Interamericano de Desarrollo, expresaba que en la actualidad las mujeres enfrentan grandes desventajas en el mundo del trabajo. Les pagan menos que a los hombres, incluso cuando hacen lo mismo y esto no se explica porque ellas sean menos productivas o estén menos educadas. Se explica en gran medida por prácticas discriminatorias, normas sociales y patrones de conducta que las conducen a oficios menos remunerados y a un progreso lento en su trayectoria laboral.
Esta desventaja para las mujeres estuvo presente desde hace tiempos ancestrales. Sin embargo, resalta el importante papel de las mujeres en instituciones públicas, privadas, organismos internacionales, demostrando su preparación profesional y sus ansias de crecimiento. Por eso en nuestro país debemos promover e impulsar la igualdad de género en ambientes laborales, a través de las mismas oportunidades de desarrollo y una remuneración adecuada.
En ese sentido, me es grato destacar que el PNUD y el Ibnorca firmaron un Memorando de Entendimiento para la lucha por la igualdad de género en Bolivia. Este acuerdo marca un hito en el compromiso de ambas instituciones para promover la igualdad de género en organizaciones públicas y privadas en el país, a través del Sello de Igualdad de Género.
En el país, el sector financiero también tiene como objetivo potenciar el papel de la mujer en la banca a través de diferentes políticas. Un claro ejemplo es el Banco FIE, cuya cultura organizacional está fuertemente arraigada en la igualdad de género. Implementó la Marca Magenta que incorpora el enfoque de género en la gestión y liderazgo en el Banco a través de diversos programas y talleres referidos al tema. También, cabe destacar que el Banco FIE es líder de la Mesa de Género del Pacto Global Bolivia, adherido desde el 2006 al Pacto Global de Naciones Unidas en coordinación con la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia y ONU mujeres, iniciativa que impulsa la incorporación de empresas bolivianas a los Principios de Empoderamiento de las mujeres.
Entre estas admirables acciones, cabe destacar a Ximena Behoteguy, quien ha promovido el derecho de la mujer al trabajo, a la superación y es una gran líder empresarial.
Estas acciones son referentes para dar los pasos necesarios en la dirección correcta, donde los empresarios podamos participar de las iniciativas contribuyendo en el empoderamiento de las mujeres. Es importante que ellas participen activamente en todos los sectores construyendo una sociedad justa y economías fuertes, a través de un clima laboral donde prevalezca el reconocimiento y valoración.
El autor es Economista, doctorado Ph.D. en Relaciones Internacionales, Académico de Número de la ABCE y Presidente de la Federación de Empresarios Privados de La Paz (FEPLP).