miércoles, septiembre 4, 2024
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Novela: “Papá Caimán”, defensor de la naturaleza

Al leer la tapa de la novela, pensamos que es un título muy sugestivo, sarcástico, burlón, que hace alusión al ser más querido de la familia. Al mismo tiempo es por demás llamativo para los lectores avezados: “Papá Caimán” (2019); escrito por Hugo Villanueva Rada, beniano de nacimiento. Navegando rápidamente en el contenido de la novela, descubrimos a su protagonista; un réptil gigante, vigilante y cuidador de la vida acuática del Beni, acérrimo defensor de la naturaleza y vida de los “caimanes”, sean estos amigos o sus enemigos.

Contado apasionadamente a los niños por: “un abuelo que no era de nadie, pero, por sus cabellos blancos y su hermosa barba todos los niños del barrio lo llamaban así”. Comenzó a contar: “Todos los grandes ríos tienen un genio, o un guardián. La misión del guardián, es vigilar para que todo marche en buen orden. Papá Caimán es un hermoso ejemplar, tal vez único en su especie, pues mide casi once metros de largo y tiene una fuerza tremenda”. (p.7). “Es el guardián del Río Beni…”, ganó ese nombramiento, gracias a una lucha con la Anaconda. Era muy querendón de los niños y con sentimiento de amistad por todos los seres humanos, pero solo por los que eran buenos, por aquellos que sienten bondad y el deseo de hacer el bien a los demás. A los malos, a esos no los quiere y les declaraba la guerra…, por los peces y caimanes muertos y enfermos que aparecían todos los días en los ríos”. (p.8).

Preocupado por la situación de muerte de los seres vivos que habitan en lagos y ríos, el reptil se convierte en humano, gracias a la acción humanitaria de su ángel guardián: “estaba esperando que me llamaras y he venido para ayudarte a ver si puedes evitar que mueran todos los caimanes. He dicho que para ayudarte solamente porque eres tú quien debe resolver el problema”. (p.18). Al convertirse en humano: “sintió que la cabeza le daba vueltas, pero eso fue sólo un momento. Abrió los ojos… ¡Maravilla de las maravillas!, no podía creer lo que estaba viendo. Corrió a la orilla del río y contempló su imagen reflejada en el agua. ¿Y qué fue lo que vio? La imagen de un hombre joven, con un rostro serio, inteligente y bondadoso”.

Su nombre era Juan, y tenía la misión de viajar a Riberalta y desde allí alquilar una avioneta para llegar al Rector de la Universidad Técnica del Beni; llevando como muestra un pequeño caimancito muerto para que lo examinen en el laboratorio de la universidad. Solicitó una entrevista con autoridades y los de la universidad estaban enterados del problema. Luego, designaron a un egresado veterinario, Dr. Fernando Sánchez, para retornar al lugar de los hechos, y empezar la aplicación de antídotos a los reptiles envenenados maliciosamente por la mano del hombre.

Arribando al lugar, se despidió del médico y volvió a su hábitat natural, sumergiéndose en el río, transformado en un hermoso caimán. El joven médico, anonadado ante tan extraño suceso, comenzó con sus estudios y tratamiento a los caimanes enfermos. Es un relato que indudablemente, deja muchas enseñanzas a los lectores. Cada uno de nosotros transformados en “Papá Caimán”, podemos aportar al ¡cuidado de la naturaleza y la vida de los seres vivos de la Madre Tierra…! ¡No dejemos que la minería, destruya nuestros lagos, echando mercurio a las aguas dulces de los ríos…!

 

raulalberto1911@gmail.com

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