miércoles, septiembre 4, 2024
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Halloween y la aculturación

Asencio Choquehuanca Flores

Hace unos diez años era impensable ver semejante movilización de niños, jóvenes y adultos con el propósito de ser parte de la celebración de Halloween, y ocurrió el pasado 31 de octubre en muchas ciudades de Bolivia. En La Paz, movilizaciones como la de la Calle 21 en Calacoto, en el Paseo del Prado o la de Villa Adela en El Alto suponen un fenómeno social de aceptación de tradiciones extranjeras, convirtiéndolas en propias, un sinsentido solo explicable por otro fenómeno conocido como “Globalización”.
Tratando de comprender Halloween, convengamos en que es un momento para que niños, jóvenes y adultos ironicen miedos y fantasías y hasta se burlen de ellos. Es una celebración entre religiosa y pagana que satiriza a la misma muerte, es un espacio breve de tiempo en el que normas sociales convencionales se relajan y tal vez está característica la haga tan popular.
Algunos comprenden el significado de esta celebración, pero la gran mayoría, simplemente sucumbe ante la presión de una cultura de masas. En cierto sentido, cultura abarca los patrones de comportamiento que se transmiten o se extienden de una persona a otra. Halloween cumple con ese criterio y, de hecho, las redes sociales y fenómenos como la Globalización han contribuido a su difusión global.
El diccionario Oxford define aculturación como: “Proceso de recepción de otra cultura y de adaptación a ella, en especial con pérdida de la cultura propia” y eso es precisamente lo que ocurre en nuestra sociedad, donde jóvenes sin una identidad cultural clara, son incapaces muchos de ellos de apreciar lo nuestro, lo que es un efecto de la globalización.
El debate es permanente sobre las medidas que se puede asumir para presentar batalla a este tipo de procesos de aculturación y promover la preservación y conservación de nuestro patrimonio cultural. Y las iniciativas deben partir desde las mismas políticas de Estado y el Sistema educativo. Sin ánimo de exagerar, está en juego la misma supervivencia de nuestra cultura, con todo lo que eso significa.

El autor es Profesor de Filosofía y Psicología.

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