El cuidado del medio ambiente y la economía están mucho más vinculados de lo que los políticos, en particular, y la población, en general, pueden imaginar. Esta relación nos debe llevar a todos a extremar los esfuerzos para evitar atentados contra la naturaleza y, al mismo tiempo, trabajar en la remediación de los daños ya causados.
Una nota titulada «La naturaleza y la economía mundial», basada en una conversación entre David Attenborough (científico británico) y Christine Lagarde (presidenta del Banco Central Europeo), publicada en F&D (Finanzas y Desarrollo revista del FMI), señala con claridad que, en la naturaleza, todo está entrelazado, igual que la relación entre un medio ambiente saludable y una economía saludable.
“No cabe pensar que sea posible preservar la vida sin cuidar la naturaleza. Y necesitamos economías saludables para sacar a la gente de la pobreza y alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. En nuestro modelo actual, estos objetivos a veces parecen contraponerse, y nuestras actividades económicas parecen estar al asedio de la naturaleza. Pero la naturaleza —un clima estable, agua dulce fiable, bosques y otros recursos naturales— es lo que hace posible la industria”, remarca el texto a tiempo de indicar que no se trata de elegir entre lo uno y lo otro. No es posible lograr desarrollo humano a largo plazo sin un clima estable y un mundo natural saludable.
Mientras, el panorama informativo referido al medio ambiente y su cuidado, mostró en estos últimos meses duros golpes, como los incendios en Santa Cruz, Beni, La Paz y Cochabamba; olas de calor con temperaturas que batieron records en varias regiones del país –la ciudad de La Paz estuvo muy cerca de los 30°C–; y sequías que afectan especialmente a las regiones del altiplano boliviano.
Si revisamos algo más atrás, nos encontramos con otros problemas ambientales que demandan la debida atención de todos. El lago Titicaca no solo baja sus niveles, por sequias, sino que también está muy contaminado, al extremo que las comunidades vecinas no pueden utilizar la totora, para sus trabajos en las tradicionales balsas del lago y otras artesanías
No olvidemos la desaparición del lago Poopó, en el departamento de Oruro, que dejo sin su fuente de trabajo, transporte ni alimentación a las comunidades originarias vecinas.
El trabajo de Lykke E. Andersen, economista en medio ambiente, titulado “La economía del cambio climático en Bolivia: Impactos sobre la biodiversidad”, sostiene que la tasa de deforestación per cápita en Bolivia es 12 veces más alta que el promedio mundial y una de las más altas del mundo.
Todos estos problemas ambientales del país, afectan a nuestra economía, y el país necesita tener los métodos adecuados para estimar los costos económicos que resultan de la pérdida de biodiversidad, causada por el cambio climático.
– Los incendios provocados incidirán en la economía nacional negativamente y aumentará el déficit fiscal.
– La deforestación, los incendios y la contaminación de ríos frenan el desarrollo económico de Bolivia.
– Los cultivos son afectados por las llamas y la vida en los ríos se muere.
– Los incendios y avasallamientos reducen las oportunidades de crecimiento y se desperdicia el potencial agrícola que tenemos.
– La deforestación podría aumentar aún más los impactos adversos del cambio climático.
– El economista Gonzalo Chávez Álvarez escribió en su cuenta de X (Twitter) que “la deforestación es el origen de la escasez del agua”.
– El Laboratorio de Física de la Atmósfera (LFA) de la UMSA informó que la humareda que afecta a las zonas metropolitanas de La Paz y El Alto no solo afectan a la salud de las personas, sino también que altera los procesos climáticos.
– Una publicación del BID advierte que el cambio climático podría tener fuertes impactos en el altiplano boliviano, donde se prevé un proceso de desertificación debido a la reducción de las precipitaciones y al aumento en variabilidad de las temperaturas.
– En las tierras bajas del país, el avance de la frontera agrícola sería la mayor amenaza para la biodiversidad, mientras que en las tierras altas el cambio climático sería responsable de las fuertes reducciones en biodiversidad previstas.
En resumen: “Una economía sana con el medio ambiente es aquella que busca el progreso económico a la vez que garantiza la preservación de los recursos naturales y la biodiversidad. Para lograrlo, es necesario adoptar medidas que promuevan la sostenibilidad en todos los ámbitos de la sociedad”.
Los empresarios esperamos que el trabajo productivo se desarrolle en un ambiente de respeto a la madre tierra.
El autor es Presidente de la Federación de Empresarios Privados de La Paz (FEPLP).