martes, septiembre 3, 2024
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El crecimiento de la economía no lo siente el ciudadano de a pie

Oscar Wilde, señaló que “aconsejar economía a los pobres es a la vez grotesco e insultante. Es como aconsejar que coma menos al que se está muriendo de hambre”. Esta situación podría aplicarse al informe sobre el crecimiento económico que para una clase universitaria puede ser de utilidad, pero ¿cuál es el resultado en el bolsillo del ciudadano?
El ministro de Economía y Finanzas Públicas, Marcelo Montenegro, dijo que la economía boliviana se situará este año entre las mejores de Sudamérica, a pesar de la existencia de un contexto adverso, y en porcentajes llegaría al 3% o un poco más. La estimación del ministro está por debajo de la proyección que realizó el gobierno en el Presupuesto General del Estado (PGE) 2023 que fue del 4,8%.
¿Cómo se traduce este crecimiento estimado por el gobierno, el cual está por debajo de lo previsto en el PGE 2023 en el bolsillo del ciudadano de a pie? La respuesta es sencilla: falta de empleo seguro, salarios indignos, explotación laboral, cierre de empresas, aumento de la economía informal, inseguridad ciudadana, crecimiento del contrabando, fracaso en la industrialización de los recursos naturales, falta de aplicación de tecnología para aumentar la productividad, incertidumbre y aumento de la pobreza.
Según el INE, el crecimiento hasta junio de este año fue del 2,2% gracias a los sectores de la agricultura, selvicultura, caza y pesca (12,7%), industria manufacturera (8,9%), comercio (8,6%), transporte y comunicaciones (9,2%). La mayor parte de este crecimiento tiene su origen en la agroindustria de Santa Cruz a diferencia del gas y petróleo (3,7%) y los minerales (5,7%), lo cual demuestra que el modelo económico que defiende el presidente Luis Arce, adolece de fallas que lastiman a los bolivianos.
El señalar que el país se ubicará entre los primeros en crecimiento en la región sin verificar si el dato permite un desarrollo humano cualitativo es como volver a la época cuando los ministros de Economía de los gobiernos denominados neoliberales se ufanaban por las cifras macroeconómicas. Los datos del crecimiento económico no se reflejan en el cambio de vida o en la satisfacción de las necesidades básicas de los bolivianos de forma integral, como son la salud universal, educación gratuita, agua potable, electricidad, vías de acceso, vivienda y alimentación con calidad.
Atrás quedó el discurso de la «economía blindada» porque ahora se entiende por qué la situación económica esta de mal a «guatepeor» y no hubo doble aguinaldo. Hay un deficiente manejo en las políticas económicas por parte del Gobierno, que se traduce en un déficit fiscal del 7,2% hasta 2022, una caída en las reservas internacionales de $us 15.122 millones en 2014 a $us 3.159 millones hasta abril de 2023, la falta de circulante en la microeconomía, la falta de dólares y un mercado negro paralelo de la divisa estadounidense, un aumento de la deuda externa de $us 3.248 en 2006 a $us 13.327 millones hasta mayo de 2023 y el continuo aumento del contrabando de $us 2.966 millones en 2020 a $us 3.331 millones hasta 2022.
¿Dónde radica la causa de este magro crecimiento económico?, ¿hay futuro para las familias bolivianas que trabajan de sol a sol?, ¿sirve de mucho el discurso populista y el de acusar al oponente con adjetivos calificativos?
Las políticas aplicadas en el marco del modelo económico que defiende el exministro de Economía y actual presidente Luis Arce, se fundamentaron en el extractivismo de las materias primas y no en la industrialización de los recursos naturales con el uso de tecnología y no se aprovechó la década de oro de los buenos precios internacionales entre 2006 y 2015. Los responsables aún están en Palacio de Gobierno, porque son Arce Catacora, el vicepresidente David Chaquehuanca y las exautoridades que transitan por Plaza Murillo.
Asimismo, está claro que bajo la actual realidad no existe un futuro positivo halagüeño para los bolivianos en 2024, porque este año que se va fue malo. El Gobierno no tiene un norte para sacar adelante a la economía del país porque se quedó en el discurso populista y de obras minúsculas para hacerlas pasar como de industrialización, cuando en el fondo no resuelven el problema estructural.

¿Qué hacer?
Es necesario un pacto privado-público por mayor producción, empleo seguro con salarios dignos, el cual pase por la implementación de políticas dirigidas a impulsar las exportaciones no tradicionales, fomentar el turismo con recursos y reducción de tributos, implementación de tecnología de última generación en el sector agrícola, incentivo a proyectos de industrialización y atracción de inversión extranjera mediante normas competitivas.
Esto significa revisar el modelo económico porque no generó resultados para la mayoría de los bolivianos, excepto para los políticos en función de gobierno, los contrabandistas y los cooperativistas mineros. El discurso populista y los insultos a los adversarios son útiles para pasar el momento, pero no solucionan los problemas estructurales que demanda el país de forma urgente.

El autor es periodista.

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