Las tarjetas SIM físicas han sido un estándar a lo largo de los años. Hace unos años surgió una nueva tecnología que pretende suceder, si no suplantar, a las famosas tarjetas que insertamos en nuestros celulares. Se trata de la tecnología eSIM, la cual promete un cambio de paradigma en la forma en que utilizamos nuestros dispositivos equipos.
La tecnología eSIM ha iniciado su ascenso para reemplazar gradualmente la tarjeta SIM tradicional en diversos países, incluyendo Estados Unidos. La flexibilidad y comodidad que ofrece esta tecnología son innegables. De hecho ya no será necesario cambiar físicamente la tarjeta SIM. A través de esta tecnología, los usuarios pueden cambiar de operador o añadir un plan de datos en el extranjero a través de la aplicación de la compañía sin necesidad de acudir a una tienda física.
La tecnología eSIM proporciona más espacio para los diferentes componentes de hardware en los celulares. A pesar de que el área destinada a la tarjeta SIM física puede parecer mínima, la eliminación de la tarjeta SIM física permite a los fabricantes aprovechar este espacio para integrar baterías más grandes, sistemas de refrigeración mejorados o cámaras de mayor calidad. La inherente reducción de costes al facilitar este proceso es otra de las ventajas de la eSIM, además de la posibilidad de diseñar teléfonos más delgados, satisfaciendo las demandas de los consumidores.
Otra ventaja de la eSIM tiene que ver con la seguridad que ofrece en comparación con las tarjetas SIM físicas, al ser menos susceptible a daños físicos o a una manipulación no autorizada por un tercero. Por otro lado, la autenticación en la eSIM se puede realizar de manera más segura, ya que se integra con los diferentes chips de seguridad destinados al reconocimiento de nuestros datos biométricos, como la huella dactilar o el desbloqueo facial. Esto reduce, a su vez, el riesgo de ataques de suplantación de identidad, que han afectado a aplicaciones como Telegram o WhatsApp, así como a diversas plataformas de bancos, al recurrir a la tecnología SMS para enviar códigos de verificación.
Por otro lado la eSIM también presenta una serie de desventajas que los usuarios deben considerar. La compatibilidad limitada es uno de los principales obstáculos. Aunque la eSIM está ganando terreno, no todos los dispositivos y operadores la admiten. Esto significa que algunos teléfonos más antiguos o dispositivos pueden no ser compatibles, lo que limita su adopción. Además, no todos los operadores ofrecen planes para eSIM, lo que restringe las opciones disponibles para los consumidores y puede hacer que la transición sea más complicada.
Los móviles compatibles con eSIM en 2023 se limitan a unos cuantos modelos de gama alta. Lo mismo sucede con las operadoras. También hay la posibilidad de que las compañías bloqueen su funcionalidad temporalmente, dificultando el proceso de portabilidad e incluso llegando a requerir la intervención del operador actual para liberar la eSIM.
En Estados Unidos, por ejemplo, todos los modelos de iPhone a partir del iPhone 14 se venden sin espacio para una tarjeta física. Esto limita la posibilidad de contratar un plan de datos en países otros países donde la oferta de operadoras con eSIM no es tan amplia.
Por último, la pérdida o robo del terminal también puede ser una gran desventaja. La recuperación de datos y la reconfiguración de la eSIM pueden ser procesos más complicados que con una tarjeta SIM física. Asimismo, la seguridad de la eSIM puede ser un problema si no se ha protegido adecuadamente, aunque esto depende más del usuario que del dispositivo en sí.