Quienes se vanaglorian de haber hecho en Bolivia un “proceso de cambio”, han visto que, al día siguiente, no sabían lo que hacían y se dieron cuenta muy tarde que lo realizado, en nada se parecía a lo que ellos querían hacer. Tanta lucha, tanta sangre derramada para que unos oportunistas, que ni siquiera lucharon, hoy gocen de las mieles del poder. Esos que se vanaglorian solo sirvieron de escalera para aquellos que aprovecharon la oportunidad. Yo lo llamo la “ironía de la historia” boliviana, una ironía de la que pocos “politiqueros” de la historia escapan.
El gobierno del MAS, impone la “cédula de identidad del Bicentenario”. El presidente dice que la nueva cédula “expresa la diversidad de los bolivianos”, pero en política “la guerra es la guerra” y el “proceso de cambio es el proceso de cambio”. El gobierno mediante la imposición logra, una vez más, demostrar su poder, a través de los “símbolos” y las “formas”. La wiphala es el “símbolo del poder” del partido gobernante, pues más allá de las nuevas medidas de seguridad, con huella y firma digitalizada, se esconde la verdadera intencionalidad del gobierno, que es la demostración de su poder político y su imposición a los bolivianos.
Los conspiradores no se limitan a organizar a la masa ignorante, su tarea consiste precisamente en anticiparse al desarrollo del proceso de cambio, llevarlo artificialmente a la crisis y hacer un levantamiento sin preparación previa, sin las condiciones de un “cambio de las cosas”. Para ellos el único requisito del proceso de cambio es la “organización”, elemento suficiente para la conspiración del poder. Seguramente muchos me dirán, en especial los defensores del MAS, que el proceso de cambio histórico es más complicado, que lo que un racionalista superficial pueda creer, o cualquier analista pueda analizar. Pero, muchachos del MAS, simplemente para comprender la política boliviana, primero hay que comenzar por el pasado, cuáles han sido los comienzos de cualquier Estado, en este caso del Estado Plurinacional de Bolivia, diría Maquiavelo.
Maquiavelo también diría que el Estado (Plurinacional) que un gobernante (Evo Morales) edifica, revela la virtud del constructor, porque el poder está bajo completamente su control. En este caso no hay virtud, todo lo contrario, hay vicio y angurria de poder, hemos visto que la corrupción y la negligencia gubernamental han hecho su carnaval en el Estado Plurinacional de Bolivia. Pero cómo piensa la inteligencia política del MAS, con el más puro modelo stalinista, para las próximas elecciones. A continuación, te lo explico de la manera más sencilla y comprensible. Ellos dicen: “Si todo funciona según lo planeado, abrimos el absceso y drenamos el pus en el interior del partido, curamos al niño y lo criamos. Si termina mal, el niño (partido) muere, entonces permaneceremos un periodo sin niños y después traemos un niño sano al mundo”. Lo importante es la supervivencia del espíritu partidario, la supervivencia del Estado – partido. Aunque el constructor haya perdido el apoyo de la gente y se encuentre mermada su popularidad, lo importante es el partido. Aunque el constructor sea sinónimo de corrupción.
Todos ellos se sumergieron en el lodo del oportunismo, para luego convertirse en el único partido político de alcance nacional, para ellos el socialismo debe concebirse como asunto de una elite dirigencial, pero cuando el dinero del narcotráfico viene al mundo de la arena política boliviana, con el crimen organizado internacional, “el financiamiento viene manchado con sangre y suciedad por todos sus poros”. Todos ellos son de la escuela de Stalin, porque fomentan el terror político, como método de gobierno.
Elección de la elite sindical del partido o instrumento político y de la misión de las hordas masistas y grupos de choque, es el programa de acción a seguir. Por otra parte, el actual presidente del país, se pone al servicio de la demagogia política, cuando habla del crecimiento del poder económico y social en Bolivia, donde hay incendios provocados, sequías, desabastecimiento de gasolina y diésel, falta de dólares y desempleo. Por otro lado, el ex presidente, quiere apartar de su camino toda oposición en el interior del instrumento político, y para lograr este objetivo necesita la mayor o incluso la total concentración de poder, por lo que pretende eliminar la oposición interna y externa de forma progresiva, entonces:
“El mismo gobierno del presidente Arce, puede equivocarse y con ello poner en peligro el proceso de cambio. Pero esto no significa que ese proceso como principio edificador del Estado Plurinacional en periodo de transición sea falso o equivocado, lo que sucedió es que sus mismos dirigentes lo falsearon y equivocaron su camino”.
Porque en política siempre cae lo viejo, lo moribundo y crece, vive y se desarrolla lo nuevo. Gran lección en política, los jefes tradicionales tribales se extinguen porque ya no van en consonancia con el espíritu de la época y el periodo político que vive el país y emergen los lideres nuevos, con un nuevo estilo de liderazgo y una nueva propuesta programática y pragmática que ofrecer al país. Nosotros seremos testigos del “cambio político” que está a la vuelta de esquina.
Jhonny Vargas es Politólogo y Docente de Postgrado.