lunes, julio 8, 2024
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Falta de gasolina y diésel continuará

Hay un dicho popular que señala lo siguiente: «Se puede llevar el caballo al río, pero no se le puede obligar a tomar agua». Esta enseñanza se aplica a lo que ocurre con la escasez de gasolina y diésel oíl a nivel nacional, lo cual no encuentra una solución de fondo al problema porque los gobernantes consideran que sus políticas son buenas cuando en los hechos no generan algún resultado.

Esta situación responde a un conjunto de factores estructurales que se desarrollaron de forma gradual en el tiempo y que no tuvieron la atención de los gobernantes de turno, lo cual implica al exministro de Economía y actual presidente Luis Arce y al vicepresidente David Choquehuanca. Responsabilizar la falta de carburantes a la especulación o a factores externos expresa la inmadurez profesional de las autoridades del área hidrocarburífera.

Primero. No hubo y no hay un trabajo agresivo en la exploración de hidrocarburos porque la inversión en esta área (casa matriz YPFB, empresas operadoras, filiales y subsidiarias) entre 2014 y 2023 cayó de $us 2.114,6 millones a $us 668,9 millones.

«Sobre llovido mojado», Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) debe comprar e importar la gasolina y diésel en función del precio internacional del petróleo que hasta el pasado domingo se ubicó en $us 84,8 el barril en el mercado WTI (West Texas Intermediate por sus siglas en inglés).

Segundo. A partir de la falta de exploración y explotación hidrocarburífera se generan consecuencias en el mercado interno, pues con base en datos de YPFB, entre 2014 y 2022, la producción hidrocarburífera de líquidos cayó de 63 mil barriles de por día (B/d) a 37 mil B/d, es decir, hubo un descenso de 26 mil B/d. La empresa estatal estimó para este 2023 habrá una producción de 32,6 mil B/d, lo cual demuestra que el descenso continuará.

Para sustentar lo mencionado, entre 2018 y 2022, la producción de gasolina especial cayó de 101.031 metros cúbicos por mes (m3/m) promedio a 34.903 m3/m, en el caso de la gasolina premium en similar periodo, se tuvo un descenso de 319 m3/mes promedio a 104 m3/m, y en el caso del diésel oíl, se registró un descenso de 59.193 m3/m a 34.207 m3/m. Además, YPFB estimó que la demanda de diésel entre enero y diciembre de 2023 subiría de 159 millones de litros (MMlt) a 225 MMlt, y en el caso de la gasolina, en similar periodo se incrementaría de 173 MMlt a 216 MMlt.

Asimismo, en septiembre de 2023, el presidente Arce reconoció que la producción de gas natural desde 2014 hasta ese momento descendió de 59 millones de metros cúbicos por día (MMmcd) a 37 MMmcd.

Tercero. El aumento sostenido del presupuesto financiero que se asigna para garantizar la subvención a los carburantes demanda de dólares. El presupuesto que se asignó para la subvención a la gasolina y al diésel entre 2016 y 2022, se incrementó de Bs 1.424 millones ($us 204,5 millones) a Bs 11.832 millones ($us 1.700 millones).

En Bolivia, el precio del litro de la gasolina es de Bs 3,74 y de diésel Bs 3,72. El aumento en la importación de carburantes son el detonante para que el déficit fiscal se mantenga sostenible en 7,2% en 2022 y la consiguiente reducción de las reservas internacionales netas (RIN) porque mientras se necesite más gasolina o diésel para el mercado interno se requerirán más dólares para la internación, pues entre 2014 y abril de 2023, las RIN descendieron de $us 15.122 millones a $us 3.158 millones.

Esta situación se sustenta en el hecho que las autoridades de YPFB hayan reconocido la semana anterior que existe un retraso en los pagos para la importación de carburantes y acusó al Ministerio de Economía y al Banco Central de Bolivia (BCB) por este hecho. Además, la petrolera británica Shell pidió a YPFB la cancelación de una deuda de de $us 30 millones por la entrega de hidrocarburos entre enero y julio de 2023. Es decir, no existe la capacidad de pago de las deudas de forma inmediata, lo cual genera la siguiente consulta: ¿existen los suficientes recursos para pagar estas cuentas o ya no hay dólares en las arcas del Estado?

Por los motivos expuestos, la falta de gasolina y diésel responde a causas estructurales en la economía del país, como es el déficit fiscal y a la falta de trabajos de exploración, que no se hizo en el tiempo. Este no es el momento para lavarse las manos y culpar a la especulación o a los medios masivos, sino de decir la verdad sobre lo que está ocurriendo.

Todo apunta a que la importación de carburantes continuará porque hay una caída en la producción de líquidos y con el consiguiente desangramiento de las RIN, ya que para importar gasolina o diésel se requiere de más dólares. La subvención a los carburantes no es mala, siempre que existan los suficientes recursos para garantizar su costo.

Es momento para que el gobierno y todos los sectores de la sociedad acuerden una solución al problema, a fin de salvar la economía de forma estructural, porque si se mantiene la subvención por una razón electoral para favorecer a un grupo partidario, el cáncer financiero causará un duro golpe a la economía del país.

 

Lic. Dipl. M.Sc.  Willy Marcos Chipana Mamani.

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