domingo, noviembre 17, 2024
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La muerte, entre la fe, la angustia y la esperanza

La muerte es un tema controversial, casi un tabú, pero a la vez trascendental y universal, misma que ha sido abordada desde diversas perspectivas a lo largo de la historia. La muerte es un enigmático evento que marca el fin de la vida, es por ello que ha sido objeto de reflexiones y estudios desde distintos puntos de vista, algunos más filosóficos y otros de carácter eminentemente religioso. Tomando como referencia específica el pensamiento del filósofo surcoreano Byung Chul Han, la obra del escritor Franz Kafka y las reflexiones del teólogo alemán Joseph Ratzinger (Papa Benedicto XVI), trataré de abordar las principales corrientes del pensamiento en referencia a la muerte.
Byung Chul Han, en su obra “La sociedad del cansancio”, comienza reflexionando sobre cómo la sociedad occidental contemporánea viene enfrentando la muerte. Han sostiene que vivimos en una cultura obsesionada con la productividad y el rendimiento constante, lo cual ha llevado a que la muerte se convierta en un tabú. En esta dinámica, se evita hablar de la muerte y se busca negar su existencia. La sociedad occidental se empeña en buscar la “fuente de eterna juventud” y a negar el envejecimiento. Esta visión nos aleja de la aceptación de nuestra propia finitud y nos impide enfrentar la realidad de la muerte como parte integral de la vida. La muerte es aborrecida y nauseabunda, pues nos recuerda nuestra fragilidad; es mejor no pensar en ella, solo importa rendir, emprender y sobrevivir.
En contraste con esta visión, Kafka, a través de sus obras, nos presenta una interpretación más sombría de la muerte. Explora el absurdo y la alienación del individuo en un mundo hostil. En su novela “El proceso” nos muestra un personaje que es acusado sin motivo aparente y cuya vida se ve atrapada en una espiral de burocracia y opresión. Esta perspectiva nos confronta con la idea de que la muerte puede ser vista como una liberación de la angustia y el sufrimiento dentro de una sociedad altamente burocratizada. Kafka nos presenta a una sociedad donde lo absurdo se convierte en ley, en este sentido, las instituciones burocráticas se convierten en el preludio del fin, donde no cuenta ni la razón ni el sano juicio, solo importa la obediencia.
Por otro lado, Joseph Ratzinger (Papa Emérito Benedicto XVI) nos ofrece una visión más esperanzadora. Sostiene que la muerte es un momento trascendental en el que se encuentra el misterio de la vida eterna. A través de la resurrección de Cristo, Ratzinger plantea que la muerte adquiere un nuevo significado en la perspectiva cristiana. La muerte se convierte en un paso hacia una vida plena y eterna en comunión con Dios. Argumenta que la muerte es un encuentro con Dios y un momento de juicio. Afirma que, en la muerte, cada persona se enfrenta a la verdad de su vida y a la elección definitiva entre Dios y el rechazo de Dios. La muerte termina siendo sinónimo de olvido, porque incluso los que recuerdan terminan siendo olvidados, pero no por Dios, que en su infinito Amor nos recuerda por siempre.
En conclusión, la interpretación occidental de la muerte se caracteriza por la negación y el temor hacia este evento inevitable. Byung Chul Han nos alerta sobre cómo esta negación puede llevarnos a vivir en una sociedad superficial y alienada. Franz Kafka, por su parte, nos presenta una visión más pesimista, donde la muerte puede ser vista como una liberación. Finalmente, Joseph Ratzinger, desde la perspectiva de la teología católica, nos invita a considerar la muerte como un paso hacia la vida eterna donde nos encontraremos en comunión constante con Dios. Cada uno de estos pensadores nos ofrece una perspectiva enriquecedora sobre la muerte, invitándonos a reflexionar sobre su significado y a confrontarnos con nuestra propia finitud. En todo caso, la muerte es parte inherente de la vida y de sus vicisitudes.

El autor es teólogo, escritor y educador.

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