sábado, julio 27, 2024
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Guatemala y América Latina

Lo que está aconteciendo en Guatemala, Centroamérica, donde el abuso de poder de la Fiscal General, busca impedir la ascensión al poder de quien ganó las elecciones democráticamente, es una muestra de cuán corrompida está la administración de justicia en esa nación, mal que se extiende por la mayor parte de los países de América Latina. Al respecto, un informe internacional, escrito por Tamara Taraciuk Bronery y Daniel Caballero, publicado en Infobae, bajo el título “Qué significa la presidencia de Bernardo Arévalo en Guatemala para América Latina”, da cuenta del peligro en que se encuentra allá la democracia, a raíz de las cuestionadas autoridades judiciales que, de un modo u otro, controlan el poder político.
En América Latina, los llamados “outsiders” con agendas anti-sistema o anti-establishment –desde Alberto Fujimori en Perú hasta Hugo Chávez en Venezuela, Nayib Bukele en El Salvador, Donald Trump en Estados Unidos y Jair Bolsonaro en Brasil– han tenido un fuerte impacto en el Estado de derecho tras asumir el poder. “Si bien la candidatura de Javier Milei en Argentina deja en evidencia los riesgos continuos para la democracia asociados con este tipo de liderazgo, el accidentado camino de Bernardo Arévalo hacia la presidencia de Guatemala ofrece una alternativa. El recorrido de Arévalo demuestra que es posible desafiar el statu quo sin socavar el Estado de Derecho. Si asume la presidencia el 14 de enero, podría comenzar a restaurar las instituciones democráticas de Guatemala, aportando aire fresco a una región donde el retroceso democrático se ha convertido en la norma. Llegó a la segunda vuelta el 20 de agosto probablemente porque ninguna encuesta esperaba que ganara en las elecciones de junio. Esto es bastante excepcional en América Latina”, se puntualiza en dicho artículo.
La victoria internacionalmente reconocida de Arévalo ha perturbado a quienes ostentan el poder, lo cual llevó a que se intensificaran los esfuerzos de la Fiscal General, Consuelo Porras, una figura clave del “Pacto de los Corruptos”, como se refieren los guatemaltecos a la red de políticos que gobiernan el país y sus aliados, para evitar asuma el cargo. Sus acciones incluyen intentos arbitrarios de suspender al partido de Arévalo, Semilla; un allanamiento arbitrario en el Tribunal Supremo Electoral de Guatemala para abrir y confiscar actas electorales; y una solicitud de levantar la inmunidad para enjuiciar a los jueces de dicho tribunal que respaldaron los resultados electorales, explica. Y añade: “para Centroamérica, la presidencia de Arévalo representa rayo de esperanza en una región plagada de autoritarismo. En Nicaragua, la dictadura de Ortega-Murillo continúa su campaña represiva para sofocar el espacio cívico. En El Salvador, el gobierno de Bukele ha consolidado su poder tomando el control de la Fiscalía General y la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema. En Honduras, la presidenta Xiomara Castro, a pesar de prometer reformas necesarias en materia de derechos humanos y anticorrupción, no ha logrado resultados significativos”.
Brian A. Nichols, subsecretario de Estado de los Estados Unidos para Asuntos del Hemisferio Occidental, conversa con el presidente electo de Guatemala, Bernardo Arévalo. Con Arévalo como presidente, el gobierno de Biden tendría un interlocutor confiable para fortalecer el Estado de Derecho, marcando un cambio significativo en las relaciones entre Estados Unidos y Centroamérica. Motivado probablemente por una combinación de un compromiso genuino con la democracia y el deseo de abordar la ola de migración hacia el norte, el gobierno de Estados Unidos ha invertido millones de dólares en iniciativas democráticas en estos países. No es coincidencia que, en reuniones recientes con Arévalo en Washington, D.C., altos funcionarios de Estados Unidos expresaron su apoyo inquebrantable y destacaron los esfuerzos antidemocráticos para obstaculizar una transición pacífica del poder.
El texto escrito por ambos observadores es claro y concreto. ¿Encuentra usted alguna similitud con lo que sucede en Bolivia y otras naciones de Sudamérica?

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