“Arbitrariedades” irritan al jefe del MAS

Hace unos tres meses el MAS-IPSP, partido de Evo Morales, intentó realizar un congreso en la ciudad de El Alto, pero desistió de ese proyecto al verse en estado de paulatina disminución de seguidores y pérdida de popularidad de su jefe. Buscó otra sede para realizar su reunión, pero no obtuvo buenos resultados por dichas dificultades. Finalmente, encontró para su asamblea la localidad de Lauca Ñ, donde no tendría la oposición de un sector que dividió al MAS y desconoció la autoridad de su “eterno” líder.
Pero ese congreso fue observado por los opositores al evismo, que demandaron que el Tribunal Electoral investigue si fue realizado de acuerdo con disposiciones del Estatuto del MAS. Y dicho organismo encontró que se había efectuado con una serie de ilegalidades internas y externas, de tal forma que el congreso de Lauca Ñ fue anulado.
Sin embargo, pese a la legalidad del fallo del Tribunal Electoral, el evismo mostró enérgica oposición. Y amenazó con un bloqueo general de caminos y otras medidas drásticas, si es que su solicitud de anular la decisión del Tribunal Electoral no era atendida, amenaza que está latente. Por ello, el MAS siguió insistiendo con presionar al Tribunal Electoral con una serie de amedrentamientos, buscando que ese organismo valide el concilio evista de Lauca Ñ.
No obstante, el organismo electoral, dando cumplimiento a disposiciones legales y demostrando que el congreso chapareño era irregular, reiteró su fallo de anulación del mencionado congreso y, obviamente, determinó que ese partido haga otra reunión de esa índole.
Entonces, cuando Evo Morales conoció la disposición legal, con actitud rebelde y contumaz, volvió a sus exigencias iniciales y pidió que ese tribunal cumpla con sus deseos, por encima del orden legal existente. Esa actitud fue rechazada una vez más por el ente electoral.
Es notoria esa conducta del caudillo cocalero, propenso a “meterle nomás”, de la que hizo gala durante su gobierno, con graves consecuencias por sus equivocaciones en diferentes asuntos. Además, Morales no cambiará de conducta, por los “valores” que muestra regularmente. Tampoco cambia el proceder de sus adherentes, ahora llamados radicales, quienes cuando quieren conseguir beneficios partidarios, pero encuentran resistencia, como en el presente caso, comienzan a asumir medidas de fuerza, como marchas beligerantes, paros y bloqueos de caminos y carreteras, sin pensar en el resto de la población, en muchos que no viven de la política y tienen que trabajar para sustentar a sus familias.
Finalmente, la mayoría de la población no es responsable de la mediocridad gubernamental, ni de la designación de autoridades que muchas veces no muestran capacidad para resolver problemas.