lunes, noviembre 4, 2024
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“Napoleón”, es una cinta épica

Napoleón se distingue por el hecho de que muy pocos realizadores cuentan con la experiencia, la versatilidad, la visión y la confianza requeridas para crear una película de semejante envergadura. Con una trayectoria que abarca casi medio siglo, la maestría épica de Scott es tan completa que sin duda está en su elemento incluso durante los días más intimidatorios y complicados en el set, con todas esas cámaras que operan en escenarios de 360 grados, los únicos aptos para escenificar esas batallas que acontecen a lo largo y ancho de cientos de acres.

El rodaje mediante un gran número de cámaras supone un reto para cada departamento, pero sobre todo para un par: el de cámaras, porque el director de fotografía Dariusz Wolski tiene que asegurar que cada cámara sea capaz de capturar una imagen bien iluminada y encuadrada; y el de diseño de producción, porque Arthur Max diseña sets en que pueden habitarse como si fuesen parte del mundo real”.

Cada departamento contribuye a la materialización de la visión de Scott, y para cada cabeza de departamento, la tarea es demasiado atractiva como para rehusarse. “Con Ridley Scott debes estar siempre listo”, dice Max. “El tema puede abordar el pasado, el presente o el futuro. Sus temáticas son fluidas. La Edad Media es una de sus áreas favoritas, obviamente; todas las sombras del futuro o del presente, también. Los temas bíblicos. Y, como en este caso, los siglos XVIII y XIX.

Max comenta que el trabajo que realizó en ese mundo le emocionó sobremanera. “Es mi periodo arquitectónico favorito, y es sumamente diverso”, dice. “Las trifulcas militares son gigantescas- la Batalla de Austerlitz, Waterloo, Marengo, Borodino”.

Bajo la dirección de Scott, Wolski observó también las famosas pinturas de Napoleón a fin de encontrar directrices e inspiración. “No existe persona más documentada”, dice Wolski. “Vimos la famosa pintura de la coronación, la de David, y más tarde a Delacroix. Cuando realizas una cinta histórica, lo más importante es la luz natural y, como en Rembrandt, como en Caravaggio”.

Max, nominado tres veces al Óscar y colaborador de Scott en quince cintas, desde G.I. Jane, estrenada en 1997, ha atestiguado los impresionantes cambios en el negocio de la producción a lo largo de las décadas. “Siempre hemos erigido sets gigantes, pero, actualmente, el espacio se aprovecha de muchas otras maneras”, explica”.

Como preparativo para el rodaje, Scott reunió a su equipo en una sala de guerra- en este caso, una sala de guerra tan auténtica como puede serlo cuando el tema no es otro que la creación de una película. Con modelos a escala de los sets para las batallas de Waterloo, Austerlitz y Tolón,

En Napoleón, Scott empleó hasta once cámaras al unísono. Joaquin Phoenix se sintió agradecido por la oportunidad de trabajar nuevamente en un set de Ridley Scott.

“Esto nos permitió improvisar y modificar nuestro método de trabajo”, dice Kirby. “No tenías que recordar los movimientos exactos que realizaste en las escenas previas. Fue una oportunidad para colaborar, porque veíamos escenas en el monitor al lado de Ridley y arrojábamos ideas acerca de lo que podíamos hacer de otra forma”.

Para Vanessa Kirby, la magnitud de la producción resultaba sobrecogedora. “Recuerdo que Joaquin y yo miramos desde cierta altura una plaza en Malta, con todos esos puestos del mercado y la enorme cantidad de personas- tantos sets, tantas escenas”, dice la actriz. “Un asunto realmente increíble e inmenso”.

Uno de los factores claves en esta filmación de una cinta épica e histórica consistió en hallar las locaciones que podían hacer las veces de los palacios y las casas señoriales que constituían el telón de fondo en la vida de Napoleón. En Inglaterra, el diseñador de producción Arthur Max halló una buena cantidad de locaciones adecuadas.

En gran medida, la enorme producción intentó mantenerse cerca de Londres, en vez de moverlo todo a locaciones remotas. Sin embargo, en unas cuantas ocasiones, no pudieron resistir la tentación. “La casa de campo Broughton está en Northamptonshire, a tres horas en automóvil partiendo de Londres”, dice Max. “Fue construida en el siglo XVIII por un francófilo- un inglés que amaba la arquitectura francesa”.

En dicha fortaleza, los decoradores de sets de Max pudieron amueblar una habitación con objetos muy especiales. “Rentamos una cama en Victoria & Albert, pero la condición era mantenernos alejados de ella, a causa de su fragilidad”, rememora. “Preguntamos si podíamos usarla para una escena de amor, y la compañía se mostró profundamente ofendida”.

De manera parecida, los realizadores transportaron la producción a Oxfordshire a fin de filmar en el Palacio Blenheim. Este lugar haría las veces de las cámaras de Napoleón el Emperador, tanto en el castillo de Fontainebleau como en el Palacio de las Tullerías- pero también sirvió para muchas escenas en exteriores.

Algunas de las locaciones ya eran sitios conocidos para Scott, porque muchos de estos lugares fueron utilizados para Gladiator, incluyendo Bourne Wood en Surrey y el Fuerte Ricasoli en Malta. “Tal como ver a un viejo amigo, como ponerse un viejo par de zapatos”, dice Max. “Son lugares muy cómodos. Utilizamos muchas de las áreas y espacios de antaño, pero de muy distinta manera”.

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