jueves, septiembre 5, 2024
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Educación participativa

Susana Raquel Murguia Coa

El planteamiento de cualquier tipo de educación siempre debe partir de quienes intervienen en ella, otorgando sus opiniones y construyendo nuevos aprendizajes sobre la base de otros.
Debemos recordar que, desde la aplicación de la Ley 1.565, quienes pusieron en práctica la participación popular y la interculturalidad, los maestros, debíamos partir de las necesidades básicas de aprendizajes de los estudiantes y a través de éstos se tenía que desarrollar los contenidos.
En la actualidad, con la promulgación de la Ley 070 Avelino Siñani – Elizardo Pérez, nuestra educación se ha vuelto activa, social, incluyente, porque aglutina a todos, respetando su identidad cultural, las raíces de su naturaleza y compartiendo con la sociedad todo su conocimiento adquirido. En consecuencia, todos compartimos la información de una manera u otra, por eso se llama educación participativa, porque los conocimientos son transmitidos desde nuestros antepasados: abuelos, padres, tíos, hermanos, etc. Sin olvidar que estos saberes que nos transfieren, son reglas y normas de vida, como el respeto a la naturaleza, a los pares y a cuanto nos rodea, porque todo tiene un sentido.
Como maestra, creo que uno de los ejes principales de la educación participativa es la comunicación que debe existir no solo entre el maestro y el estudiante, sino con todos los actores que nos rodean, en el transcurso de nuestro diario vivir y, por ende, en nuestro aprendizaje continuo. Esta comunicación tiene que aumentar sin restricciones, entendiendo que debe ser de ida y vuelta.
Sin embargo, cabe recalcar que, cuando una persona a través de la participación logra el cambio de otra, es que se efectuó una acción educativa. Podríamos decir que si se produjo cambios en su actitud y su forma de pensar, hemos logrado entonces un aprendizaje significativo. En esa dirección va también la propuesta de Freyre (2013), cuando nos habla que el rol del maestro tiene que estar bien establecido y encaminado. “El educador tiene un método, una forma particular de trabajar que tiene que ver directamente con la intencionalidad”. Debemos tomar en cuenta que es muy importante la relación dialéctica entre la teoría y la práctica, con el fin de lograr que la educación participativa sea una herramienta de liberación permanente del hombre.
En conclusión, puedo decir que la educación participativa ayudará no solo al maestro a cambiar su forma de enseñar, sino también la manera de ver la educación, así como su pensamiento lógico y epistémico. Sin embargo, desarraigarse de las costumbres o prácticas pasadas es algo difícil para aquellos que aún no comprenden que, la construcción del conocimiento y la resolución de problemas, no está en uno solo, sino en la participación de todos aquellos que están involucrados en la educación.

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