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Destrucción del sistema democrático

Oscar Espinosa García

Durante el gobierno del presidente Hugo Banzer, se produjeron los primeros movimientos que comenzaron a cuestionar al estado democrático de la república. En Cochabamba en abril del año 2000, se produjo una paralización de actividades por varios días, en protesta por una subida de las tarifas del agua. Simultáneamente, en La Paz los policías del Grupo Especial de Seguridad, cuyo cuartel se encuentra a media cuadra de la plaza Murillo, se amotinaron pidiendo aumento de salarios, incitados por el ex mayor David Vargas.

En el mes de septiembre, la CSUTCB en La Paz y los sindicatos de cocaleros en Chapare, realizaron bloqueos en la carretera que une a las ciudades de La Paz/El Alto, Oruro, Cochabamba y Santa Cruz, ocasionando la paralización, por tres semanas, de las actividades económicas en estas ciudades, produciendo desabastecimiento, pérdidas económicas y perjuicios a las exportaciones. Los cocaleros pedían que se detuviese la erradicación de la coca y la CSUTCB presentó un largo pliego de peticiones. El Secretario Ejecutivo de la CSUTCB era Felipe Quispe. En estos movimientos se manifestaron dos personajes claves, que jugarían un papel fundamental en la caída de la República, Evo Morales líder de los cocaleros del Chapare y Felipe Quispe, líder de los campesinos aimaras de La Paz, los cuales protagonizaron movilizaciones, bloqueos y otras acciones violentas para combatir al gobierno republicano.

En agosto de 2002 asumió la presidencia Gonzalo Sánchez de Lozada. Desde el comienzo de su mandato tuvo que enfrentar bloqueos, marchas y otras acciones contrarias a su gobierno, en particular promovidas por Evo Morales y Felipe Quispe. El 11 de febrero de 2003, otra vez el Grupo Especial de Seguridad se amotinó a la cabeza del ex mayor David Vargas, exigiendo mejoras en el salario y en la logística. La misión de este regimiento es de proveer seguridad al Presidente y a los funcionarios que trabajan en el palacio de gobierno, por lo que éste quedó protegido solo por la guardia militar de los Colorados. El 12 de febrero, una manifestación trotskista de maestros entró en la plaza Murillo, culminando con la apedreadora del edificio del palacio de gobierno, por parte de estudiantes del colegio Ayacucho. La guardia de palacio lanzó gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes, lo que a su vez fue respondido por los policías amotinados con gases lanzados contra el palacio. Finalmente se desató un enfrentamiento con armas de fuego entre los policías reforzados por efectivos de otras unidades policiales y los militares del palacio reforzados por la policía militar, que produjo la muerte de 9 policías, 4 militares y tres civiles.

El 13 de septiembre Felipe Quispe, en protesta porque que se encarceló a un dirigente aimara, por haber participado en el linchamiento de dos presuntos ladrones de ganado, bloqueó las salidas de La Paz a Oruro y al Perú. En El Alto se realizó un paro protestando contra nuevos impuestos decretados por el Gobierno Municipal de José Luis Paredes. Los cocaleros de Yungas bloquearon la carretera a Yungas por reclamos relativos a la coca. El 20 de septiembre, una caravana de turistas bolivianos y extranjeros fueron retenidos por un grupo armado en Warisata. El Gobierno realizó un operativo policial militar que rescató a los turistas, con el resultado de 6 muertos: 4 atacantes, una niña y un policía.

A fines de septiembre, en La Paz y sobre todo en El Alto, la Central Obrera Boliviana (COB) realizó una huelga general junto con jubilados y campesinos. Los estudiantes de la Universidad Pública de El Alto realizaron actos vandálicos.

El 11 de octubre comenzó la revuelta contra el gobierno, liderada por Felipe Quispe, exigiendo que no se realizara el proyecto de exportación de gas licuado a los mercados de Estados Unidos y México. El proceso de licuefacción se tenía que realizar en un puerto chileno. La revuelta paralizó las actividades en la ciudad de El Alto. Se organizó un cerco a la ciudad de La Paz, con el propósito de cortarle el suministro de alimentos y combustible. En las dos ciudades se produjeron asaltos a las propiedades públicas y privadas y bandas atemorizaban a los ciudadanos. En El Alto se obligaba a los alteños a participar en los bloqueos. Cuando el gobierno organizó el aprovisionamiento de combustible mediante un convoy de camiones cisterna, éste fue atacado y la respuesta ocasionó 20 muertos, de los más de 60 muertos que se produjeron en la revuelta.

Finalmente se pidió la renuncia del presidente. Un grupo de intelectuales de izquierda, encabezados por la ex defensora del pueblo Ana María Romero, realizó una huelga de hambre apoyando el pedido. El vicepresidente Carlos Mesa retiró su apoyo al presidente. La Sra. Ana María Romero llamó a los comandantes de las Fuerzas Armadas “para que no disparen contra el pueblo”. El 17 de octubre, a las nueve de la noche desde el aeropuerto de Viru, el presidente Gonzalo Sánchez envió por fax al Congreso su carta de renuncia.

El objetivo de estas acciones contra los gobiernos de Banzer y Sánchez de Lozada fueron claramente de destruir al sistema democrático de la república. Felipe Quispe, que no se sentía boliviano, quería restaurar el Collasuyo del Imperio Inca, que subyugó a los aimaras y Evo Morales quería crear otro Estado, dominado por los productores de coca del Chapare, donde él sea su mandatario. La CSUTCB y la COB, que más que organizaciones sindicales de campesinos y trabajadores, son organizaciones políticas, cuyos dirigentes quieren ganar espacios de poder. El ex mayor David Vargas, con el viejo estilo de los golpes de Estado, quería iniciar una revuelta para tomar el poder.

 

Oscar Espinosa García es ingeniero civil.

 

Blog: HISTORIA, TRANSPORTES Y DESARROLLO

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