Las lluvias de últimos días han causado enorme alegría en los funcionarios del Misterio de Tierras y Agricultura del Estado Plurinacional, pero a poco se ha convertido en una amarga noticia que agrava el fracaso del programa oficial de Soberanía Alimentaria, anunciado desde hace unos quince años por los responsables del gobierno.
En efecto, agricultores del altiplano han informado que el año agrícola ha sido catastrófico y que se han perdido todas las siembras, debido a diversas causas climáticas naturales y la falta de apoyo del gobierno nacional, que ha volcado gran parte de sus esfuerzos a la región oriental.
Entrando en detalle, dijeron que, en primer lugar, no llovió desde principios de año y que no se registraron las nevadas de invierno que sirven para preparar la tierra para el arado y las siembras de agosto. Esos fenómenos no permitieron los cultivos, por la sequedad del suelo, por tanto, se perdió la etapa más importante del trabajo de la tierra del año.
Sin embargo, se esperaba que la segunda etapa de siembras de fin de año pudiese salvar la producción anual, pero tampoco se registraron lluvias y, en cambio, se declaró la sequía que sigue durando, ya que las primeras lluvias apenas han rociado la tierra en algunos lugares. Esas lluvias de primavera sirvieron, a lo más, para regar los jardines de los barrios acomodados, limpiar las calles y muy difícilmente garantizar el agua para ciudades como La Paz.
Finalmente, se están produciendo algunas lluvias intensas, pero éstas no favorecen a la agricultura, pues ya no se puede hacer siembras por exceso de agua, por lo que se pudren los cultivos tardíos y que eran la última esperanza para abastecer a las ciudades. Las pérdidas en la ganadería también deben ser tomadas en cuenta. El exceso de agua es tan grave como su escasez.
Por esas referencias es posible considerar que muchos de los cultivos de valles y altiplano se han perdido y que la sequía tendrá efectos no solo en la alimentación de los campesinos, sino también de las poblaciones y algunas agroindustrias de las ciudades. El monto de las pérdidas se puede deducir que es elevado, pero una evaluación al respecto sería importante que la realicen las autoridades competentes y, además, brinden informes sobre qué medidas están siendo tomadas para que los pueblos afectados salgan del estado de zozobra que están viviendo.
Por otro lado, sería oportuno que también se considere que otra sequía podrá producirse en el año que viene, la cual sería prolongación de la falta de lluvias de los últimos años, tomando en cuenta, además, que en Bolivia siempre ha sido muy importante la producción agrícola.
Lluvias tardías causan más daño a agricultura
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