lunes, octubre 28, 2024
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Grandes inversiones en obras deficientes

En los años de las vacas gordas, cuando el país recibía ingentes cantidades de dinero por las ventas, con buenos precios, del gas a países vecinos, y otras materias primas, no hubo previsión para tiempos de escasez, en los gobernantes de entonces, cuyo partido, el MAS, está más de quince años en el poder.
Desde el año 2006, el régimen encabezado por Evo Morales, dispuso de enormes cantidades de dinero para obras públicas, pero sus resultados fueron magros, por varias razones. Entre ellas, se puede mencionar que dichas obras generalmente fueron para favorecer a grupos afines al masismo o para vanagloria del caudillo, al extremo de que fue construido un museo para él en Orinoca, el cual ha resultado inútil.
Esos enormes ingresos económicos que llegaban desde el exterior, no fueron aprovechados para construir obras públicas urgentes, en áreas, por ejemplo, como salud y educación, por lo que, con la aparición del Covid-19, años después, la población quedó desprotegida hasta la aparición de vacunas en el mundo. En el ámbito educativo, padres de familia y docentes desesperadamente tuvieron que ingresar a la modalidad virtual. Tampoco fueron creadas empresas con innovaciones tecnológicas, para capacitar recursos humanos y elevar el nivel de las fuerzas productivas, etc. En consecuencia, el tiempo de bonanza fue desperdiciado.
Esa falta de prudencia en los gastos, sin pensar en el futuro, causó enormes perjuicios a toda la Nación. A medida que la situación económica desmejoraba, debido al agotamiento de los yacimientos de gas, entre otros factores, el impacto fue, en particular, negativo para los trabajadores, afectados por cierre de empresas y la migración de otras.
Como otra prueba de lo mencionado, se ha revelado que desde 2018 sigue olvidada la Villa Sudamericana, construida en quince hectáreas en Cochabamba, para albergar los Juegos Deportivos Sudamericanos. Además, sus 14 condominios de más de 600 departamentos, creados para recibir a deportistas sobresalientes, que se pensaba comerciarlos como “viviendas sociales” continúan vacías, porque sus precios no están al alcance de la economía popular. Mientras tanto, se van deteriorando irremediablemente.
Pero muchas otras obras han representado gastos onerosos para el Estado, por ser deficientes, como la planta de urea, con frecuentes interrupciones en su funcionamiento, el ingenio azucarero en San Buenaventura, sin suficiente materia prima, cientos de canchitas, etc.
Entre las causas de esa ineficiencia administrativa está el favoritismo político para otorgar obras públicas, sin planificación ni estudios serios previos, además que las entidades públicas no están a cargo de funcionarios idóneos, sino que han sido elegidos por su adherencia al oficialismo, por nepotismo, etc. Todo ello conduce al fracaso, por lo que es urgente hacer investigaciones, tanto para sancionar a los responsables, como para que no se repitan esos males, ya que se trata de recursos de todos los bolivianos, no de un partido político.

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