Bolivia es el quinto país miembro pleno del Mercado Común del Sur (Mercosur). Su adhesión fue oficializada en la primera semana de este mes, durante la LXIII cumbre presidencial del bloque regional, que se desarrolló en la ciudad brasileña de Río de Janeiro. Los otros integrantes de este mercado común, además de Brasil, son Argentina, Paraguay y Uruguay, cuyos legislativos y gobiernos ya aprobaron la adhesión de Bolivia al bloque del sur.
“Bolivia miembro pleno del Mercosur”, dijo el presidente Luis Arce, tras ser promulgado el ‘Protocolo de Adhesión de Bolivia al Mercosur’. Como informó la prensa nacional, en un mensaje enviado por redes sociales, el presidente Arce calificó la adhesión como “un hito importante en la integración regional” y agradeció la gestión del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, para que fuera efectivo.
Con esta incorporación, Bolivia es el único país suramericano que es miembro de los dos principales bloques comerciales de la región, la Comunidad Andina de Naciones (CAN) y el Mercosur, y espera ser el nexo entre ambos procesos.
La adhesión formal de Bolivia al Mercosur no es inmediata. Requiere de un proceso y protocolo a seguir. Existen 4 años en los que el país deberá ajustar sus normas a las de este bloque comercial.
“Nuestro país hará todos los esfuerzos que sean necesarios, todos los procedimientos que establezca nuestra Constitución y que establezcan las leyes bolivianas para que, a la brevedad posible, podamos tener el documento aprobado en nuestro país y entregado al presidente Pro tempore, como establecen los estatutos del Mercosur”, remarcó Arce en su discurso.
Los datos del pasado año muestran que las exportaciones de Bolivia al Mercosur fueron de 3.722 millones de dólares; si descontamos las exportaciones de gas, nuestras exportaciones solo alcanzaron a 687 millones. En cambio, nuestras importaciones sumaron 3.861 millones, dejando una balanza comercial deficitaria.
Según el Instituto Boliviano de Comercio Exterior, la relación comercial de Bolivia con el Mercosur desde 1997 a 2023 muestra que, sin contar el gas natural, acumuló un déficit de 42.000 millones de dólares.
Como lo reconoce la Cámara Nacional de Comercio, la inclusión de Bolivia al Mercosur permitirá aumentar las exportaciones a este mercado ampliado.
Lamentablemente, el país no generó una industria que tenga la capacidad de exportar en forma competitiva. Nuestras exportaciones son, en su mayoría, productos naturales. Las exportaciones industriales se reducen a transformación de alimentos y metales, con limitado valor agregado.
Para Pablo Camacho, presidente de la Cámara Nacional de Industrias, las oportunidades son inmensas, pero también importan mucho los desafíos, y fue enfático al afirmar que “debemos trabajar de manera conjunta, hay que cumplir una serie de normas, procedimientos, hay que compatibilizar la norma del Mercosur con la nuestra”.
Entre los retos del Mercosur para el país podemos citar la urgencia de ampliar la frontera agrícola, mejorar la capacidad productiva y modificar las normas nacionales para permitir más cultivos transgénicos, que nos permita competir con la producción agrícola del Mercosur.
Debe quedar muy claro que negociar acuerdos de libre comercio solo lo podremos hacer con la venia del Mercosur. La fórmula “4+1” establece que ningún Estado Parte puede negociar en solitario; sino, todos juntos.
Una adecuada planificación permitirá que Bolivia ingrese con mayor fuerza a los mercados de Argentina, Brasil y Uruguay. Extremando nuestros esfuerzos podremos acortar tiempos en nuestra industria, hacerla más competitiva e ingresar al mercado ofreciendo lo producido en Bolivia.
Este proceso de integración también tiene áreas que serán de utilidad para el país, como mayores facilidades para la circulación de ciudadanos bolivianos en los países del Mercosur y coordinar acciones en los ámbitos de infraestructura, energía, telecomunicaciones, medio ambiente y otros.
Debemos mejorar la competitividad de la industria nacional, su infraestructura y logística, como la construcción de carreteras, puertos y aeropuertos, y mejoras de los sistemas de aduanas y transporte para mejorar la logística de comercio.
Otro reto será la diversificación de la economía, reduciendo nuestra dependencia de las exportaciones de materias primas. Para ello debemos invertir en la Economía Naranja y la Economía 4.0 del Talento, la Economía Verde y la Economía Circular.
El déficit comercial que tenemos es típico de una economía primaria como la boliviana. Debemos enfrentar este problema estructural con determinación, trabajando de manera ardua entre los sectores público y privado.
Los empresarios insistimos en que solo una estrategia conjunta público-privada permitirá satisfacer las demandas de este nuevo mercado.
El autor es Licenciado en economía, doctorado Ph.D. en Relaciones Internacionales, Académico de Número de la ABCE y Presidente de la Federación de Empresarios Privados de La Paz (FEPLP).