Caminando por las calles de La Paz se advierte que mucha gente ya rechaza dar limosna a los menesterosos que, dicho de paso, suman cientos de decenas en casi todas las ciudades, algo que es usual sobre todo en las fiestas de fin de año. Aquello de negarles a ellos una “ayudita”, se puso de manifiesto en las últimas épocas, dada la situación económica deteriorada de la familia paceña, debido a varios factores, aun cuando desde esferas oficiales se haga hincapié en la “estabilidad que vivimos”, y con una inflación de las más bajas en Sudamérica, e inclusive en el mundo.
El transeúnte ya no quiere dar alguna moneda, por cuanto su condición no es de las mejores. Puede estar sin empleo, dado que la desocupación siempre ha sido un flagelo en estos lares, aunque quieran pintar lo contrario los distintos gobiernos que se suceden. Es mucho peor cuando los sueldos son demasiado bajos, sobre todo en el sector privado, donde los obreros “viven” con el salario mínimo, lo que no conocen quienes están prendidos, como garrapatas, al “árbol de las peras” o sea el gobierno. Entonces a la legua se ve que la sociedad está empobrecida, excluyendo a los pudientes que gozan de bastante dinero.
Pese a ello, el ciudadano de a pie sigue con la lucha diaria, y se da modos para conseguir ingresos extras que le permitan llevar una vida digna, esperando a la vez que la “estabilidad” se mantenga, la misma que no es cosa de magos o de grandes “cerebros”, por cuanto nuestra economía es pequeña, –en comparación con las de países vecinos como Argentina, Brasil, o Chile–, además de que es ayudada por otros ingresos “subterráneos”.
Una nota de EL DIARIO, en su portada del miércoles 13 del mes en curso, de algún modo corrobora esa situación, al dar cuenta que “Estudio del Cedla señala: Estabilidad económica de Bolivia apuntalada por actividades ilícitas”. La información no deja de ser irrefutable, y destaca que “la economía del país mantiene cierta estabilidad apuntalada por actividades ilícitas que crecen al amparo de políticas públicas, las cuales a su vez ayudan a desarrollar grupos de poder con intereses políticos partidarios. Sólo la producción y transporte de droga dentro del territorio nacional mueve más de 835 millones de dólares”. Se mantiene por “economías que están en las sombras”, como el narcotráfico, el contrabando, y la minería ilegal, entre otras, según explicó el investigador Carlos Arze, durante el Diálogo “Políticas públicas y desigualdades: un balance necesario”. Entre otros aspectos, dicho analista se refirió también a que hay inversiones en diferentes sectores que sostienen la estabilidad de la economía, pero que “no se sabe de dónde vienen”.
Sin embargo, bien se puede afirmar que la mayor parte de la colectividad tiene su economía en rojo, por lo cual debe apretarse más el cinturón, pero a la vez, ruega que la estabilidad, si se quiere precaria, se mantenga. ¿Cierto?
Sociedad empobrecida
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