España no estaba lo suficientemente preparada para la pandemia de covid-19 por la ausencia de reservas estratégicas del material necesario para hacer frente al virus, la debilidad de los sistemas de información y alerta temprana y la insuficiencia de recursos diagnósticos; además, hubo contradicciones en la respuesta, según un informe realizado por expertos independientes sobre la gestión del covid-19 en España.
El fin último de este documento, que lleva por nombre ‘Evaluación del desempeño del Sistema Nacional de Salud español frente a la pandemia covid-19’, es ofrecer información útil que oriente la toma de las decisiones para fortalecer y cohesionar el Sistema Nacional de Salud (SNS) y hacerlo más resiliente frente a futuras amenazas pandémicas.
Encargado en septiembre de 2021, el estudio lleva concluido desde abril de este año, si bien se mantuvo en secreto, cuando la ministra de Sanidad, Mónica García, lo debatió con los consejeros de las CCAA en el seno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (Cisns).
Algunas de estas áreas son los servicios de Urgencias y Emergencias, los mecanismos para compartir recursos médicos entre territorios o la adquisición de material necesario para responder a la pandemia. Por otro lado, declaran que el marco legal disponible tampoco fue suficiente para afrontar la crisis sanitaria.
En este sentido, también alertan de que se produjeron algunos errores de comunicación muy llamativos. Fundamentalmente, se refieren a la realización de pronósticos innecesarios sobre la evolución de la pandemia y valoraciones apresuradas sobre las principales vías de transmisión de la infección y la efectividad de las mascarillas; y también a alguna confusión de roles, en referencia a aspectos como quién informa las decisiones, quién las toma y quién las comunica.
PROBLEMAS
PREEXISTENTES EN
EL SISTEMA SANITARIO
Según el documento, parte de los errores en la respuesta a la pandemia se debió a problemas preexistentes en el sistema sanitario, entre los que destacan la distancia entre la salud pública y los niveles asistenciales, las deficiencias en los sistemas de vigilancia epidemiológica, unos recursos humanos estructuralmente infradimensionados para la actividad cotidiana de los servicios de salud pública, y la ausencia de un adecuado sistema de información a nivel nacional.
Estos expertos hacen mención aparte a la falta de protocolos previos en las residencias de personas mayores y otros colectivos vulnerables, y la limitada coordinación entre el sistema sanitario y los servicios sociales, que estuvieron en el origen de la tragedia vivida en los establecimientos residenciales.
Más allá de los aspectos mejorables, el documento también resalta que muchas cosas se hicieron bien. Destacan, por ejemplo, la respuesta de los profesionales de la asistencia sanitaria, la salud pública y la atención sociosanitaria; así como de las Fuerzas Armadas y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad; la excelente campaña de vacunación; la creación de un mando único al comienzo de la pandemia y la comunicación continua que se produjo entre el Gobierno central y las CCAA. (Europa Press)