jueves, julio 4, 2024
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Navidad, día estelar para la humanidad

El acontecimiento que celebra la humanidad, la llegada al mundo del Salvador, sin excepción de alguna clase, es el más relevante entre todos los demás. En su sentido específico, constituyó un viraje sustancial en la vida de los seres humanos y un cambio en su esencia espiritual. Es un momento estelar de la historia.
Esas características de la Navidad no se limitan a la comprensión individual, sino colectiva. No es un episodio de celebración local, es un suceso de alcance mundial, a pesar de que por deformaciones dogmáticas ha sido objeto de un estrecho punto de vista, para negar su inmensa trascendencia.
Por ello, la celebración navideña no tiene fronteras políticas, clasistas, racistas y no debería ser afectada por cualquier clase de prejuicios propios de un extremo materialismo o ateísmo. Tampoco es un festejo circunscrito a reuniones de simple alegría, sino una reunión familiar casi sagrada. en la que hay que agradecer por el alto grado de progreso que han alcanzado hombres y mujeres, no solamente para su propio beneficio, sino para todos los habitantes del planeta.
La prueba palpable de ese cambio de conducta en el hombre se encuentra en el Nuevo Testamento, que exalta el amor, el respeto, la moral, la ética, el culto de la amistad, la bondad, la honradez. Desde la venida de Jesucristo, sus lecciones han cambiado al ser humano al haber dejado como legado un conjunto de principios axiológicos para que la sociedad mundial civilizada sea conducida por el camino del bien. No obstante, algunos sobrevivientes del pasado ominoso, quieren hacer retroceder la historia a los tiempos en los que imperaba la ley de la selva o la de y ojo por ojo y diente por diente. Tampoco se puede dejar de mencionar que algunos tratan de relegar el significado esencial de la celebración de la Navidad, que es el nacimiento del Salvador de la humanidad. Ellos tratan de convertir ese episodio histórico en motivo para intensificar el comercio de bienes materiales. Lo inaudito es que, relegando las enseñanzas de Jesús, en varias regiones del planeta todavía prevalecen males como la angurria de poder, la corrupción, la avaricia, las guerras por cualquier motivo, sin detenerse para no causar más dolor y muerte.
A pesar de todo ello, gran parte de la humanidad celebra tan magno acontecimiento como es la Navidad, que merece una respetuosa conmemoración en cada familia, en un acto de conciencia profunda, para asumir el compromiso espiritual de hacer siempre el bien, a nivel individual y colectivo, de acuerdo con la prédica del Hijo de Dios.

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