martes, julio 16, 2024
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Se desaprovecha oportunidad de generar recursos

Desafíos y reveses en la ruta del litio: el camino incierto de Bolivia en 2023

> La ausencia de una ley del litio ha generado obstáculos; entretanto, el precio internacional por tonelada se desploma. A las reservas de litio del Salar de Uyuni se sumó la de Coipasa y Pastos Grandes, y con ello la cifra subió a 23 millones de toneladas, pero no están certificadas.

En el transcurso del año 2023, el sector del litio en Bolivia ha enfrentado desafíos significativos, desviándose de las expectativas a pesar de la firma de acuerdos con empresas chinas y rusas. Aunque el Gobierno buscó asociarse para la explotación de los salares, la ausencia de una ley del litio que respalde tales alianzas ha generado obstáculos. Mientras tanto, el precio internacional por tonelada se desploma, amenazando con desaprovechar una valiosa oportunidad para generar recursos.
Las autoridades nacionales del sector de la energía después de la firma de acuerdos con chinos y rusos, anunciaron ingresos por 5.000 millones de dólares por la venta de carbonato de litio, con la puesta en marcha de la nueva tecnología de Extracción Directa de Litio (EDL); sin embargo, la planta industrial recién empezó a operar, pero sólo al 30% de su capacidad.
El analista minero de la Fundación Jubileo, Héctor Córdova, dijo que el proyecto del litio tuvo un lapsus en 2023, perdió su rumbo, pero adormecer la tecnología que se estuvo usando para obtener la materia prima que alimentará las plantas de cloruro de potasio y de carbonato de litio fue una decisión que compromete el funcionamiento de estas dos plantas.
“Apostar por la extracción directa de litio, sin pasar por la evaporación en piscinas es una apuesta arriesgada. No hay plantas en el mundo que trabajen con esas tecnologías y no se conocen los impactos ambientales, energéticos y económicos de estas tecnologías”, alertó.
Si se aprobara la ley del litio, el Gobierno podrá firmar contratos con las interesadas para operar las salmueras de los salares. Durante la gestión 2024 se empezaría la construcción de las plantas; probablemente, debería haber, inicialmente, plantas piloto para ver la operatividad de las tecnologías, reflexionó.
Sin embargo, a finales de gestión, la empresa Pública Nacional Estratégica de Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB) firmó un convenio con la rusa Uranium One Group para construir una planta piloto semiindustrial con tecnología de Extracción Directa de Litio (EDL) en el Salar de Uyuni (Potosí) para producir 14.000 toneladas de carbonato de litio por año.
Según el convenio, la planta procesará carbonato de litio grado batería de pureza certificada y será implementada en tres fases para poner a prueba la tecnología y los procesos de tratamiento de la salmuera mucho más grandes, señala una nota de prensa del Ministerio de Hidrocarburos y Energía.
Durante la primera fase, la planta piloto producirá mil toneladas anuales. En la segunda etapa, se efectuará una expansión significativa con ocho mil toneladas, además de la instalación de un módulo semiindustrial. La tercera fase representará otro paso hacia adelante con la incorporación de cinco mil toneladas adicionales y la implementación de otro módulo semiindustrial. De esta manera, se alcanzará una producción total de 14.000 toneladas de carbonato de litio por año, señala la nota.

Precio
Mientras tanto, el precio del carbonato de litio ha experimentado una caída drástica este año, descendiendo a una quinta parte de su valor anterior, pasando de 90.000 en 2022 a 13.000 dólares en la presente gestión por tonelada. Esta disminución plantea la necesidad de repensar las expectativas en torno a la explotación del metal, enfatizando la importancia de agregar valor para asegurar un futuro más estable y resistente a las fluctuaciones internacionales.
“La caída puede significar un rediseño en las expectativas generadas por la extracción de este metal. Cuando la explotación de recursos no renovables se queda en los primeros eslabones de la cadena de valor, los riesgos asociados al vaivén de las cotizaciones internacionales son inmensos. La tendencia debe ser siempre a añadir valor que nos aleje de esas subidas y bajadas para asegurar un futuro más estable”, apuntó.
LAS RESERVAS DE LITIO
El Gobierno indicó que a las reservas de litio del Salar de Uyuni se sumó la de Coipasa y Pastos Grandes, y con ello la cifra subió a 23 millones de toneladas, pero todavía no están certificadas.
Mientras tanto, Chile aprovechó el alto valor del litio el 2022 y Bolivia quedó rezagada. Pasaron más de 12 años de la puesta en marcha del proyecto del litio y el despegue del proyecto sigue retrasado.
El proyecto del litio no arranca y se prevé que la planta industrial comenzará a operar inicialmente con el 30% de su capacidad y al 100% a partir de 2024, de acuerdo con anuncios gubernamentales.

Sector minero
Por otra parte, Córdova informó que los tres actores mineros definidos por la Constitución Política del Estado han tenido comportamientos y rendimientos diferentes durante esta gestión.
Pero, la Corporación Minera de Bolivia anda a la deriva porque no se aplicó su refundación en el marco de la normativa nueva y ha perdido los proyectos del hierro del Mutún y del litio, reflexionó.
“La integración de la Metalúrgica Vinto a la Corporación es a medias y esto sigue haciendo crecer el conflicto entre Huanuni y la fundición; ésta atraviesa por un momento crítico que ha hecho declarar a varios analistas que se encuentra en quiebra técnica. Por su parte, Huanuni ha bajado su producción respecto a gestiones anteriores y no termina de poner en marcha el ingenio que solicitaron los trabajadores el año 2007 y que está trabajando a media máquina desde hace años”, sostiene Córdova.
Colquiri también ha bajado su producción y ha decidido invertir sus excedentes en la construcción de una planta de procesamiento de minerales de capacidad de 2000 TPD, cuando lo que se precisa en esta empresa es una planta que procese el concentrado de zinc para generar buenas utilidades y evitar transferir riqueza al extranjero. Karachipampa, a horcajadas entre proyecto y empresa, requiere de una cirugía mayor para cumplir el rol encomendado, explicó.
También se observó la salida de dos grandes empresas mineras del país, Sumitomo y Glencore, que se alejaron y dejaron en su lugar a dos compañías más pequeñas que deben hacer grandes inversiones para sostener la operación y el nivel productivo que tuvieron las que se fueron, dijo.
“Esa salida de las empresas grandes es un mensaje internacional perjudicial para la imagen del país porque la impresión que da es que Bolivia no es un país atractivo para la inversión en el sector minero”, alertó.
Mientras tanto, las cooperativas, prácticamente, han consolidado su división entre auríferas y tradicionales. El pedido formal de la constitución de una nueva organización para las auríferas, aunque no ha sido respondido positivamente, todavía tiende a materializarse, por la fuerza que tiene el sector.
La ley del oro, aprobada bajo presión, solo cumple la mitad de su función; pero la compra de oro de las cooperativas no puede materializarse por varios factores que hacen poco competitiva esta operación, observa Córdova.
La refundación de la Corporación Minera de Bolivia será un paso importante para convertirla en una verdadera corporación, de acuerdo al analista.

INDUSTRIALIZACIÓN DEL LITIO: FRUSTRACIÓN Y DESTINO

Han pasado más de 30 años y el proyecto de “industrialización del litio” está rezagado, sostuvo el economista Milton Lérida Aguirre, quien dijo que la frustración de la industrialización del litio causa en los bolivianos un sentimiento de incertidumbre e inseguridad, que son derivadas por la incapacidad y la soberbia de las autoridades del sector por no lograr el objetivo de transformar en cantidades industriales la salmuera yacentes en el Gran Salar de Tunupa en carbonato de litio y/o cloruro de potasio.
Asimismo, indicó que después de gastar cerca de mil millones de dólares, hoy todavía no hay la industrialización del litio, este hecho genera ira, molestia, rabia y decepción, especialmente, en el pueblo de la provincia Daniel Campos, del departamento de Potosí, y de todos los bolivianos en general.
“Estamos desilusionados y sin esperanzas, que la empresa de Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB) y las autoridades del Gobierno, no puedan conseguir la industrialización del litio, después de tantos años y gastar tantos millones de dólares americanos”.

 

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