sábado, julio 27, 2024
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Preocupaciones económicas al finalizar el año 2023

Marcelo Miranda Loayza

En los últimos años, Bolivia ha experimentado una situación económica preocupante. El país enfrenta desafíos que ponen en riesgo su estabilidad económica y el bienestar de su población. En este pequeño artículo trataré de analizar algunos datos económicos que reflejan esta situación y exploraré posibles soluciones.
En primer lugar, es importante mencionar el crecimiento económico estancado. Según el informe del Banco Mundial, en los últimos dos años, Bolivia ha experimentado una desaceleración en su crecimiento económico, pasando de un promedio del 4,2% en 2018 a solo el 1,9% en 2023. Esta cifra es alarmante, ya que indica una disminución significativa en la actividad económica del país.
Otro aspecto preocupante es la percepción real de la inflación. Según el Instituto Nacional de Estadística, la inflación en el país ha alcanzado una tasa anual del 1.49% en 2023. Lo inquietante de este dato es la percepción del ciudadano sobre los precios en los diferentes mercados y abastos, pues el impacto en el poder adquisitivo es altamente negativo, ya que los precios de los productos básicos se han venido elevando considerablemente. Se demuestra con ello una brecha muy grande entre las estadísticas oficiales del INE y la percepción real del ciudadano de a pie. La diferencia existente entre las proyecciones oficiales y la impresión del ciudadano llevan a pensar que dichas proyecciones no reflejan nuestra realidad.
La deuda externa es otro factor que genera preocupación. Según datos del Banco Central de Bolivia, la deuda externa ha aumentado significativamente en los últimos años, alcanzando los 13.408 millones de dólares en 2023 y una deuda interna de 128.115 millones de bolivianos (unos 18.407 millones de dólares). Esto representa una carga financiera considerable para el país y limita la capacidad para llevar a cabo inversiones y programas sociales. A esto se suma la intención marcada del gobierno de seguir creando «empresas estatales» que solo pasan a engrosar el gasto público, en desmedro de una ya maltrecha economía.
Asimismo, la caída de las reservas internacionales es motivo de preocupación, llegando a 2.147 millones de dólares en 2023, el monto más bajo de la última década. Esto pone en riesgo la estabilidad financiera del país y dificulta su capacidad para enfrentar posibles problemas económicos emergentes.
La falta de diversificación económica es otro desafío importante. Bolivia depende en gran medida de la exportación de materias primas, como el gas natural y los minerales, lo que la expone a los vaivenes de los precios internacionales. Es necesario promover la diversificación económica para reducir la vulnerabilidad del país ante los cambios en los mercados internacionales. Lastimosamente, esto no ocurre, pues el gobierno sigue empecinado en el control total de los recursos económicos, cerrando la puerta a cualquier inversión privada.
En cuanto al mercado laboral, la situación también es preocupante. Según datos del Instituto Nacional de Estadística, la tasa de desempleo ha aumentado en los últimos años, afectando principalmente a los jóvenes. Esto genera una situación de precariedad laboral y limita las oportunidades de desarrollo para la población.
Para abordar esta realidad preocupante, es necesario implementar medidas económicas efectivas. En primer lugar, se requiere una política fiscal responsable que promueva la inversión y estimule el crecimiento económico. Además, es fundamental fortalecer la educación y la capacitación para mejorar las habilidades de la fuerza laboral y fomentar la creación de empleo.
Asimismo, se debe implementar políticas que promuevan la diversificación económica, incentivando la inversión en sectores no tradicionales y el desarrollo de la innovación y la tecnología. Esto permitirá reducir la dependencia de las exportaciones de materias primas y aumentar la competitividad del país en el ámbito internacional.
Es importante también fortalecer el sector financiero y promover el acceso al crédito para impulsar la inversión y el emprendimiento. Las empresas estatales definitivamente deben pasar a manos privadas o, en todo caso, deben desaparecer, pues en su mayoría son deficitarias.
Otra medida urgente es la reducción del Estado. El régimen actual tiene 17 ministerios, 44 viceministerios y 9 direcciones generales. Cuando un Estado es de esta envergadura, es fácil que aparezcan situaciones de corrupción, prebendalismo y nepotismo, también es común ver planillas con salarios inflados, con bonos incluidos; todo ello en desmedro de nuestra economía. La seguridad jurídica es otro factor a tomar en cuenta. Según el equipo de investigación Libera, presentado en el trabajo denominado «Auditoría a la Economía Boliviana», este tópico es uno de los más bajos de la región.
En conclusión, la situación económica en Bolivia es preocupante, por ello, es urgente la implementación de políticas económicas adecuadas y la voluntad de todos los actores involucrados. Es posible responder a estos desafíos y sentar las bases para un crecimiento económico sostenible, para ello, es necesario pasar de un Estado prebendal y grande a un sistema económico Liberal, con inversiones privadas garantizadas por un Estado de Derecho firme y transparente.

El autor es teólogo, escritor y educador.

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