jueves, noviembre 28, 2024
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En memoria de “Cucho” Vargas

Álvaro Riveros Tejada

En esta labor de información y análisis de los acontecimientos que ocurren en la cotidianeidad de nuestra vida, resulta muy difícil realizar un alto causado por la dolorosa obligación de despedir a un amigo como “Cucho” Vargas, un titán de la industria periodística que dejó una marca indeleble en el mundo de la prensa. Su incansable dedicación, integridad y pasión por la verdad fueron los pilares fundamentales de su carrera. Sólo Dios, en sus insondables designios, podría hacernos comprender la razón porque estemos asistiendo hoy a su sepelio.

Durante décadas, Cucho se destacó por su habilidad para narrar historias con profundidad y claridad, inspirando a generaciones con su pluma perspicaz y su compromiso con la honestidad informativa. Su ética inquebrantable y su búsqueda incansable de la objetividad lo convirtieron en un referente para colegas y audiencias por igual. Desde su inicio en la prensa deportiva, Cucho desafió los límites del periodismo, cubriendo eventos globales con valentía y sensibilidad. De ahí el Premio Nacional de Periodismo que galardonó con justicia su labor. Su legado perdurará en la memoria de quienes tuvieron el privilegio de leer sus escritos y ser testigos de su impecable labor.

En lo estrictamente personal, Cucho nació para amigo, para camarada, para aquel que acompaña a su prójimo en todos los momentos felices y amargos de la vida. De ahí que su ausencia marcará en nosotros esa incontrovertible verdad que caracteriza nuestros sentimientos cuando un ser amado se va: ¡Qué corta se hace la alegría de su recuerdo y qué larga e interminable la tristeza de su despedida!

Esa inexorabilidad de lo frágil que es nuestra existencia se ha manifestado en estos momentos con una rudeza extrema, al privarnos de la preciosa compañía del caro amigo. Su puesto entre nosotros permanecerá vacío a lo largo de lo que nos queda de vida y sólo su recuerdo ocupará ese sitio, desde donde nos siga haciendo partícipes de su talento, de su fino humor y de su simpatía.

Su dedicación y sacrificio dejan una marca indeleble en la historia del periodismo. Nunca hubo de su parte una nota discordante o desapacible que comprometa el feliz vínculo con nuestra sociedad. Al contrario, como hábil abogado y maestro, Cucho Vargas no solo fue un líder ejemplar, sino también la piedra de toque que, desde el Enfoque de Enfoques y la Máquina de Mirar, valorando la unión, moderaba impasses y desfacía entuertos. Un modelo para seguir por muchos. Su ausencia deja un vacío irremplazable, pero su legado perdurará en las vidas que tocó y en el corazón de quienes lo amaban.

Hoy despedimos a Mario “Cucho” Vargas, un abogado y periodista que amó a su patria entrañablemente, amor que se tradujo en una inigualable contribución a los medios de prensa y que será recordada perennemente en cada palabra impresa. Extendemos nuestras condolencias a su familia, amigos y a todos aquellos cuyas vidas fueron enriquecidas por su presencia.

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