La supuesta división en el interior del Movimiento Al Socialismo (MAS), entre arcistas y evistas, si bien por las escenas que son vistas a diario, parece ser real y trágica, ya que dicho instrumento político estaría camino a partirse en dos, no es nada más ni nada menos que un show político bien montado y que tiene un director que maneja los hilos conductores del mismo, desde un país caribeño, como es Cuba.
No seamos ingenuos al creer que Luis Arce y Evo Morales se odian a muerte y que su reencuentro es imposible. No por algo el actual presidente, fue su Ministro de Economía y Finanzas por casi doce años, de los cuasi catorce que condujo el país, el segundo. Ambos se conocen sus secretos como la palma de sus manos.
Si realmente estarían enfrentados, existirían las siguientes señales: Luis Arce no mantendría dentro de su gabinete ministerial (ministros, viceministros y directores) a varios allegados a Evo Morales; en la también supuesta división del MAS en la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP), los arcistas y evistas no se unirían para aprobar ciertas leyes que son de interés para ambos sectores. Luis Arce ya hubiese iniciado juicios contra Evo Morales por desobedecer el 21F de 2016 y por el fraude en las elecciones generales de 2019. Luis Arce hablaría de cara al pueblo sobre los negocios de Gabriela Zapata (exnovia de Evo Morales); también sobre el despilfarro de dinero en el ex Fondioc, dirigido por la entonces ministra de Desarrollo Rural y Tierras, Nemesia Achacollo, entre otros temas más de corrupción.
Sin duda que este guion bien montado desde Cuba, tiene el objetivo de que ambos vayan por separado como candidatos presidenciales para el 2025. Aspecto que permitirá anular en todo sentido a la inútil y falsa oposición que tenemos. Siempre lo sostuve desde que asumió su mandato el actual presidente, oposición real no existe. La disputa de fondo entre ambos es quién de los dos va con la sigla del MAS en 2025.
No olvidemos que el año pasado ambos se “encontraron casualmente” en Cuba. Fingieron a tal punto que demostraron no tragarse ni el uno con el otro, haciendo creer que eso es verdad. Lo que pasó en realidad es que los dos fueron a recibir órdenes de los estrategas políticos cubanos para saber cómo tienen que moverse en la arena política nacional con vistas al 2025.
La estrategia cubana es que ambos se presenten por separado en las elecciones generales del próximo año. Una vez cumplida dicha misión, ambas facciones se unirán en el parlamento para así tener nuevamente los dos tercios o mayoría absoluta en el primer poder del Estado con el fin de seguir y mantenerse en el gobierno más allá del 2030.
Hasta ahora tan bien ambos están cumpliendo el guion escrito desde Cuba, que están logrando concentrar la atención de los medios de comunicación social tradicionales, como en las redes sociales. No hay ni un día que no se hable del MAS, de Luis Arce y de Evo Morales en las noticias o titulares principales en radios, canales de televisión, prensa escrita o medios de comunicación digitales sobre estas personas y su sigla política.
La falsa oposición, está borrada del mapa político actual a nivel mediático. Ni los pataleos de ahogado que dan algunos políticos opositores en medios digitales, como en medios tradicionales, logran hacerle frente al MAS y colocarse como una verdadera alternativa política seria hacia el 2025. Eso es totalmente preocupante, porque la misma ya está a la vuelta de la esquina.
Al paso que vamos, todo indica que los dos únicos candidatos a presidente con vistas a las elecciones generales del 2025, serán Luis Arce y Evo Morales. Si éste último quedaría inhabilitado, como se indica en una de las últimas sentencias constitucionales hechas por los legales miembros del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) hasta el año pasado, el actual mandatario tendría las puertas abiertas de par en par para ser reelecto por una sola vez más, sin que tenga un contrincante que le pueda hacer frente en los comicios generales del siguiente año.
Mientras tanto, la falsa oposición o distintas oposiciones desparramadas que tenemos, siguen arando en el desierto, sin tener una propuesta alternativa de verdad al masismo. “Le daremos tiempo al tiempo… él nos dirá que sucede”.
El autor es Comunicador social.