Pedido de austeridad, tardío como siempre

Hace poco el Ministerio de Economía ha pedido a entidades públicas asumir una política de austeridad, para disminuir gastos sin perjudicar su funcionamiento. Tal medida implica gastar menos en viáticos, impresiones en papel, compra de pasajes, tender al uso restringido de vehículos, teléfonos celulares, etc. Además, se solicita solo hacer adquisiciones de equipamiento que sea imprescindible. En pocas palabras, se instruye reducir el gasto corriente para enfrentar el alto déficit fiscal.
Sin embargo, entendidos en el tema aseguran que esa disposición no es suficiente para lograr lo que se pretende, pues se requiere, por ejemplo, disminuir sueldos y salarios de funcionarios públicos, de todos los poderes del Estado, algunos de los cuales son elevados. Así como dejar de erogar recursos económicos para empresas estatales deficitarias. En todo caso, habría que hacer auditorías a las entidades públicas para detectar personal innecesario y gastos insulsos, tomando en cuenta que la situación económica del país actualmente es crítica, debido al agotamiento de las reservas de gas, principal fuente de recursos económicos durante muchos años.
Tal situación empeora, pues cada vez se gasta más para importar gasolina y diésel, debido a la insuficiente producción de energéticos en el país, ante la demanda de un parque automotor que crece cada vez más por la numerosa presencia de autos chutos. Además, aumenta el contrabando de hidrocarburos hacia países vecinos.
Como se deduce, tal pedido de austeridad parece improvisado y tardío, para que la población crea que ahora sí se aplicará una verdadera política de ahorro, considerando que los recursos económicos son insuficientes en la actual época de vacas flacas. Tal criterio hubiese sido diferente si desde el año 2006, cuando el MAS asumió el poder, en plena época de recepción de elevadas cantidades de dinero por la exportación de gas y otras materias primas, se hubiese aplicado un manejo económico cuidadoso y previendo problemas mayores en el futuro.
Sin embargo, desde ese año se dio curso al derroche de dinero para satisfacer las demandas de grupos sociales afines al oficialismo, a los cuales se les otorgó la construcción de canchas por doquier, edificaciones, motorizados, financiamiento para reuniones partidarias, etc. Después de algún tiempo, quedan muchas obras sin uso y en constante deterioro, como el museo instalado para satisfacer la vanidad del expresidente Evo Morales, aeropuertos sin utilidad o pomposos edificios que ahora se derrumban por falta de mantenimiento.
Ciertamente, las autoridades nacionales no piensan que para rebajar el preocupante nivel del déficit fiscal es urgente aplicar medidas económicas profundas, mediante una alianza de los sectores público y privado para lograr mayor productividad, generar empleos formales, etc. También se requiere atraer capitales a nivel interno y externo, así como apoyar actividades productivas como la agrícola, para no seguir importando alimentos de países vecinos ni hacer crecer economías ajenas.