miércoles, julio 24, 2024
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Jugar con la suerte del país

Severo Cruz Selaez

La clase política siempre ha jugado con la suerte del país, en dictadura y democracia. Bajo el signo neoliberal o del socialismo del Siglo XXI. Bajo la presidencia del gringo o del supuesto indígena. De tal modo se ha burlado del pueblo y sus genuinas aspiraciones de justicia, de libertad, de equidad y mejores condiciones de vida. Lo ha utilizado como un trampolín, para alcanzar sus objetivos más inconfesables. Una vez consumados éstos, se ha olvidado, consciente o inconscientemente, de él. Es una actitud que empaña su imagen, obviamente.
Quienes gobernaron el país, en democracia restituida en 1982, han pretendido, en estos últimos tiempos, imponer sus proyectos de tendencia populista, marcados de odio, intolerancia, discriminación y regionalismo. Y posiblemente se hayan propuesto reeditarlos, a partir de 2025, si así lo permite el pueblo boliviano, en desmedro de la unidad e integración nacional. En esa perspectiva estarían tratando de convulsionar, con medidas de presión irracionales, a ciertos sectores que obedecen sus consignas.
Actuaron, tal vez, con el asesoramiento técnico, político e intelectual de gobiernos que manipularon la democracia y conculcaron la libertad, con sistemas represivos, típicos del socialismo. Ellos, quizá, dieron las pautas para elaborar ciertos discursos que no reflejaron la realidad nacional, sino que tendieron cortinas para distraer. Buscaron hacernos creer que vivimos maravillosamente. Entre tanto la pobreza, el desempleo y la informalidad crecen, generando serios problemas sociales. “Una serie de conceptos, como del populismo, ha destruido numerosos países prósperos, por sus regímenes obsoletos. El sistema populista, considera que la “historia retrocede” y “sería el terreno para establecer el socialismo”, incluyendo frases abstractas como “proceso de cambio”, “economía plural”, etc. Sin embargo, más que todo se ha provocado corrupción y extrema pobreza, que ha resultado la fórmula ideal para mantenerse gozando del poder político” (*).
Lo primero que hicieron, según sus objetivos más inmediatos, fue mantenerse en el Poder, con actos fraudulentos incluso, a fin de ideologizar a la ciudadanía y seguir medrando, hasta el hartazgo, con los reducidos recursos fiscales. E intentaron inmiscuirse, también, en asuntos internos de un país vecino. Precipitaron un golpe de Estado, cuyo protagonista, principal está encarcelado. Actuaron de acuerdo con los libretos que enviaron regímenes socialistas. Es que la idea, elemental fue captar la región e imponer los pregonados cambios. Pero hoy surgen serias transformaciones políticas, particularmente en Sudamérica, que les impedirá continuar con lo que se habían propuesto.
Para ello perforaron la Carta Magna, ignoraron el clamor popular o se impusieron, contra viento y marea. Todo eso ha significado frustración nacional, que repercutirá negativamente en futuras generaciones.
En suma: la clase política, constituida por el civilismo, siempre ha priorizado sus afanes particulares, postergando, deliberadamente, los supremos intereses de la Patria, digna de mejor suerte.

(*) “La economía populista ante una crisis general”. EL DIARIO, La Paz – Bolivia, 10 de enero de 2024.

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