En su reciente informe de Fitch Ratings, la calificadora de riesgo internacional rebajó la calificación al país a “CCC”, debido a sus riesgos inminentes de un desequilibrio macroeconómico importante, consecuencia de problemas estructurales de tipo fiscal, principalmente, que derivaron en el agotamiento de sus Reservas Internacionales, una deuda pública cada vez mayor para solventar sus déficits fiscales de 11 años seguidos, escasez de dólares en la economía formal, producto de una balanza de pagos insolvente consecuencia también de saldos comerciales negativos, de acuerdo al análisis del presidente del Colegio de Economistas de Tarija, Fernando Romero.
La economía decrece, no se observa cambios en su política económica, lo que preocupa a la calificadora; si suma los problemas de gobernanza, bloqueos de carreteras, fraccionamiento en el partido de Gobierno y un año con muchas presiones pre electorales, la situación se complica más, reflexionó.
“Todo eso explica, de cierta manera, el por qué somos menos confiables como sujetos de crédito y de pago a nivel mundial”, sostuvo.
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Mientras tanto, el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas refuta la calificación de Fitch Ratings porque no considera los resultados positivos de estabilidad, crecimiento y protección de la economía del pueblo.
Bolivia ha demostrado el cumplimiento permanente y responsable de su deuda externa. Se ratifica la vigencia del Modelo Económico Social Comunitario Productivo que prioriza el bienestar y la estabilidad de las familias bolivianas y la economía en general, señala una nota de prensa de la entidad ministerial.
El economista Gonzalo Chávez en reiteradas oportunidades, en sus redes sociales, dijo que su “modelo económico” caducó y lamentó que las autoridades del sector económico no quieran reconocer el fracaso de su propuesta.
Entretanto, el Ministerio de Economía insiste que su modelo establece una inflación controlada, estabilidad de precios, reducción del desempleo, de la pobreza y la desigualdad, mientras en los países vecinos y del mundo se ha cargado la crisis en las espaldas del pueblo.
Chávez le recordó, en sus redes sociales, al Gobierno que la inflación reprimida tiene un costo de más de 2.000 millones de dólares, los subsidios más altos de la región, y que en el mediano plazo no es sostenible ante la falta de la divisa estadounidense.
Apuntó que una inflación baja debería ser el reflejo de una alta productividad, que no es el caso de Bolivia; y en cuanto a la tasa baja de desocupación, esto obedece a una economía informal alta, que llega al 80%, pues la mayoría de los trabajos son de supervivencia y sin cobertura social.
Política fiscal
Por otra parte, el Gobierno Nacional asegura que mantiene una política fiscal sostenible que seguirá impulsando la diversificación económica en sectores generadores de ingresos y empleo, para fomentar un crecimiento económico sostenible e inclusivo. Reafirma, también, el compromiso de promover la seguridad alimentaria, energética, sanitaria y la protección social, con el fin de elevar la calidad de vida de la población.
La situación actual de la economía nacional, con bajas reservas, escasez de dólares y largas filas de movilidades en las estaciones de servicio, así como un incremento de precios en el mercado nacional, de algunos productos, muestran una economía en crisis, que el Gobierno no quiere reconocer, y más bien destaca un crecimiento mínimo.
Crecimiento
El informe de la calificadora coloca las proyecciones de crecimiento para Bolivia en un rango pesimista, cuando en 2023, ha destacado como la tercera economía con mayor crecimiento de la región. Pese al contexto internacional desfavorable, Bolivia logró un crecimiento positivo, a diferencia de Argentina, Uruguay, Chile y Perú, que registran cifras negativas en su Producto Interno Bruto (PIB) al tercer trimestre de 2023, señala la nota de prensa de Economía.
Los economistas indicaron que la economía se va desacelerando, pues después del rebote estadístico en 2021 de 6,1%; el 2022 de 5,1% proyectado, sólo alcanzó 3,5%; el 2023 proyectó 4,8%, pero las cifras internacionales estiman que solo llegue a 2%; y para este 2024, nuevamente el Gobierno baja el porcentaje a 3,71%, pero los organismos internacionales estiman que alcanzará a 1,5% o 1,8%.
Proyectos
Para 2024, el país también proyecta un crecimiento positivo de su PIB, estimación basada en las perspectivas de las nuevas industrias inauguradas y los proyectos en ejecución, en el marco del Plan de Industrialización con sustitución de importaciones, como la planta de fertilizantes granulados (NPK), la planta de carbonato de litio, la planta siderúrgica del Mutún, las plantas de Biodiésel y diésel renovable (FAME 1, FAME 2 y HVO), entre otros proyectos que fomentarán la producción en diferentes sectores de la economía y no son valorados por Fitch.
Al respecto, el Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla), con relación a la sustitución de importaciones de combustibles, dijo que la puesta en marcha de los proyectos no disminuirá significativamente el gasto, ya que sólo llegaría a 5%, de ahorro.
Economía señala que la calificadora no consideró el “Plan de Reactivación Upstream 2021–2024”, tampoco la destacada participación de la industria manufacturera en las exportaciones, así como el cumplimiento de la deuda de Bolivia.
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